El filósofo francés André Glucksmann, viejo héroe y villano del mayo del 68, murió la noche del lunes en Francia a los 78 años, según ha informado su hijo, Raphaël Glucksmann, a través de las redes sociales.
Glucksmann, joven, apuesto, desafiante, audaz y espontáneo representaba todo lo que el 68 iba a traer: un mundo nuevo en el que lo viejo desaparecería y lo nuevo sería la ley. Lo viejo, el señor Sartre. Sartre, Negroponti, toda esa tradición que quería ligar existencialismo y marxismo…
Glucksmann y su generación significaban, sobre todo, el desdén hacia la generación de los maestros. Era de izquierdas pero se sentía desligado de la Unión Soviética, del totalitarismo y de las grandes visiones globales que trataban de explicarlo todo como una ley histórica.
Le importaban los derechos humanos, el respeto al individuo, la amabilidad, incluso las viejas instituciones liberales. Claro que, por entonces, Glucksmann aún se tenía por maoísta y procubano, tenía en la cabeza una revolución llena de ligereza y alegría. La cocinera y el devorador de hombres. Ensayo sobre el Estado, el marxismo, y los campos de concentración fue el gran libro de aquella época en la carrera del filósofo.
Dichó así, no es tan extraño que Gluckksmann viajara desde el desafío al orden hasta una actitud más compleja, más complaciente, que es lo que hubiera dicho él mismo de joven.
Luis Alemany en EL MUNDO
1 comentario en “Muere André Glucksmann”
Morreu André Glucksmann… Quedoume gravada aquela noite de finais dos anos oitenta do pasado século, cando abrín un dos seus libros, “A estupidez. Ideoloxías do posmodernismo”, e na primeira páxina atopeime con esta frase: «Sempre que contemple a estupidez como un suceso, un lance que unicamente lle acontece aos demais, ou que me pode pasar a min, pero só cando me atope baixo o influxo alleo —estaba fóra de min, non entendo que me acaeceu—, escaparáseme toda a sutileza do fenómeno».
E o primeiro capítulo estaba encabezado por un cita de Foucault que tamén me quedou gravada: «Hai momentos na vida nos que a cuestión de saber se un pode pensar de forma distinta da que pensa e percibir dun xeito xeito distinto a como un observa, é indispensable para continuar mirando ou reflexionando».