Ourense perdió 64 aulas de Infantil y Primaria en los últimos años, y eso es un indicativo claro de que o bien hay éxodo porque es imposible ganarse la vida por mucho que vendan lo contrario los que la ganan por decir ésto, o bien se hace el amor poco y por ello no hay nacimientos, lo que tampoco anima demasiado.
Como consecuencia de lo anterior, hilvanamos otra noticia que es que el CHUO (la Resi, vaya) amplia las Urgencias en 180 metros cuadrados. Paradójico parece, pues si por un lado hay menos población censada por el otro necesitamos ampliación de servicios sanitarios; la explicación: que a falta de niños que nazcan y jóvenes que se queden a vivir en casa, aumento de mayores con más necesidad de que los cuidemos.
Y vámonos con Eladio Fernández, el expsoe que se pasó al PP y al que le dieron la responsabilidad de la Confederación galega de vecinos, que es algo así como la suma de tantas asociaciones que viven de las subvenciones que los políticos están felices de conceder porque así tienen la red de influencia más tupida que el carajo. Pues bien, va Eladio y pide participar con voz en los plenos del Concello y la Diputación, y tener acceso a la información de temas y objetivos de trascendencia en dichos organismos públicos. Y digo yo, ¿por qué no se presentan como propio partido a unas elecciones y así ganan ese derecho de representación? Ah, que tendrían los votos insuficientes para que los retrataran de una vez. Pues sí.
La última va de un experto turístico que traen a inaugurar curso en la Facultad de Empresariales con conferencia que titula ‘Formarse para ser líderes’ y habla de termalismo como locomotora del bufé de productos de Ourense. Mezcla trenes con comidas, pero, eso sí, luce la pulserita de la ourensanía que se inventó Manuel Baltar y que para un servidor es una horterada amplia.
Vaya manía con el aplaudir en cualquier causa. Antes se aplaudía al vivo que recibía los aplausos y ahora hasta en los entierros se aplaude al muerto. Una costumbre inventada que contraría el respetuoso silencio.