P. Campos en EL CONFIDENCIAL
Se suele decir que la realidad supera a la ficción y, en ocasiones, la vida regala azarosas casualidades que bien podrían salir de una novela. Esta se escribiría con un librero de anticuario inglés como protagonista y una compra online de 20 volúmenes de la revista semanal que dirigió Charles Dickens con sus propias anotaciones a mano como gran sorpresa y descubrimiento. “La piedra Roseta de la literatura victoriana” y un hallazgo llamado a reescribir muchas biografias de los escritores ingleses del siglo XIX es su sinopsis.
Tal y como ha publicado el diario The Independent, Jeremy Parrott compró el pasado mes de septiembre a una librería online de Wrexham, en el norte de Gales, una colección de 20 volúmenes de All the Year Round. Las cajas llegaron a su casa pero tuvieron que esperar pacientes a ser abiertas hasta diciembre. Fue entonces cuando se encontró que la colección tenía anotaciones en los márgenes del propio escritor gracias a las cuales se pueden atribuir 2.500 textos -era normal en la época que los escritores publicaran de forma anónima en las revistas- a entre 300 y 400 autores como Elizabeth Gaskell, Wilkie Collins, Lewis Carroll o el propio Dickens.
“Cuando vi la lista de los 20 volúmenes en tela roja con cantos dorados en venta estaba emocionado. No decía nada de las anotaciones, pero cuando abrí la caja y las vi, fue como un regalo de Navidad”, asegura al periódico. Estos libros eran algo así como una suerte de archivo donde Dickens, que fue editor de la revista desde su fundación en 1859 hasta su muerte en 1870, cuando pasó a manos de su hijo mayor Charles Dickens Jr., llevaba un registro personal de la autoría de cada texto anotando en los márgenes con lápiz el nombre de cada autor.
‘¿Cuál es la opinión de Mr. Hardy del Nuevo Testamento? ¡Una performance sensacional seguro! ¿Y el buen samaritano? ¡Un personaje muy sensacional!’
Gracias a ello hoy se han podido identificar dos piezas coescritas por Dickens. La más importante es el ensayo titulado What Is Sensational?, que se había atribuido a Joseph Parkinson, asegura el diario, pero las anotaciones han revelado que Dickens no sólo fue quien dio la idea sino uno de sus autores. Se trata de un furibundo artículo de opinión en el que denuncia la situación de abandono, desamparo y maltrato que viven los pobres en la Londres victoriana y la dejadez de los políticos encargados de su cuidado.
En concreto, este polémico ensayo, que ha publicado íntegro The Independent, señala directamente a Gathorne Hardy, un diputado conservador que era presidente de la Poor Law Board, por su dejadez a la hora de atender a los indigentes y legislar. El texto surge a raíz de los escándalos que se produjeron en los asilos para pobres en la década de 1860, en concreto tras la muerte de dos indigentes llamados Timothy Daly y Richard Gibson que murieron a causa de recibir un trato negligente en hospicios públicos en 1864 y 1865. Estas dos muertes, que coparon los titulares de la época, desataron una protesta nacional e impulsaron la campaña de Florence Nightingale (inspiradora de la Cruz Roja, creadora de la primera escuela de enfermería e impulsora del cuidado por enfermeras entrenadas de los pobres que sería el precedente del Servicio Nacional de Salud británico) para profesionalizar el sistema de enfermería.
Dickens utiliza en este ensayo, publicado en marzo de 1867, una encendida retórica utilizando la palabra, entonces de moda, sensational contra Hardy, al tildar este a la prensa de sensacionalista por hacerse eco de la mala situación de los asilos, de las dos muertes y la manipulación institucional para acallarlas. Además, carga contra la dejadez de la política -“es noble e instructivo mirar hacia abajo desde nuestra cómoda posición en la Cámara de los Comunes”, critica en el texto- y defiende una legislación que garantizase un trato digno a las personas en desamparo y la libertad de prensa.
Hacinamiento, brotes de peste y gripe, la ineficacia de un sistema que no cuenta con enfermeros profesionales para tratar a los enfermos o que tiene cuatro enfermeros para 400 personas es la radiografía que le lanza a la cara a este político de “corazón perverso”. “Un cargo público pagado para proteger a los pobres, el representante oficial de un costoso sistema bajo el cual los pobres pasan hambre y mueren no puede encontrar nada más pertinente en relación a la reforma de la Ley de Pobres que abusar de todos aquellos que han realizado el trabajo real en su departamento, excepto de sus sirvientes a sueldo, parásitos y admiradores”, le define.
“Díganos de nuevo Mr. Gathorne Hardy, ¿qué significa ‘sensacional’? ¿Es esto sensacional para decir la verdad? ¿Es sensacional para llamar la atención pública con un considerable ejemplo de lo costosa que es una junta que existe con falsos pretextos y muestra cómo no debe comportarse la humanidad? ¿Es sensacional ser pobre, abyecto, miserable y moribundo? ¿Es sensacional que un funcionario público, cuando no tiene nada que decir de su departamento, se refugie mezquinamente bajo un miserable argot? ¿Es sensacional la humanidad más común, la caridad más reducida? ¿Cuál es la opinión de Mr. Hardy del Nuevo Testamento? ¡Una performance sensacional seguro! ¿Y el buen samaritano? ¡Un personaje muy sensacional!”, escribe.
Nuevos textos de Carroll, Collins o Linton
Este descubrimiento también ha sacado a la luz dos nuevos textos de Elizabeth Gaskell, autora de Norte y Sur; ocho piezas de Wilkie Collins, autor de La piedra lunar (considerada la primera novela policiaca inglesa) que precisamente fue publicada por entregas en All The Year Round, en las que habla por ejemplo de la necesidad de aumentar el sueldo a los carteros dada su función social; un posible poema de Lewis Carroll y más de un centenar de artículos de Eliza Linton, la primera mujer periodista asalariada de Gran Bretaña de quien se conocían pocos textos, además de un par de textos de los adolescentes hijos del autor de Oliver Twist y Grandes Esperanzas, Sydney y Frank Dickens, donde, dicen los expertos, dejan patente su falta de talento.
Parrott anunció este descubrimiento el pasado fin de semana en la conferencia anual de la Research Society for Victorian Periodicals de la Universidad de Ghent, pero antes había verificado la autenticidad de la colección con expertos en Dickens como el estudioso Michael Slater, John Drew, fundador del Dickens Journals Online, o Paul Lewis, secretario de la Wilkie Collins Society. “Probablemente es el descubrimiento más importante para los investigadores de mi vida. Nos da idea de los vínculos existentes entre Dickens y otros autores, cuyos nombres se han ido perdido en las brumas del tiempo. Tiene un valor inestimable”, afirmó Leon Litvack, investigador de Dickens en la Universidad de Queen en Belfast y miembro del Consejo del Museo Dickens de Londres.
“Jeremy Parrott ha encontrado la piedra Roseta de la literatura victoriana, la llave para abrir uno de los últimos grandes secretos que Dickens se llevó a la tumba. Resuelve el misterio de qué escritores victorianos trabajaron para él y escribieron en su revista semanal”, explicó Lewis. “Esto nos dará una imagen más completa del periodismo en Londres en la década de 1860. Dickens era un editor magistral que siempre estaba reescribiendo pasajes”, añade Michael Slater, autor de la biografía más reconocida sobre el escritor inglés.
All The Year Round fue una revista literaria semanal publicada entre 1859 y 1895 con artículos, novelas por capítulos, relatos cortos y poemas de los escritores victorianos. La colección que ahora ha salido a la luz era propiedad de los Dutton, una familia rica del norte de Gales, que al parecer la compraron tras la quiebra de la revista en 1895. El año pasado se hizo con ella la librería de Wrexham y así llegaba a manos de Parrott para convertirse en uno de los grandes descubrimientos de la literatura inglesa del último siglo.