Hoy cojo mis dedos y los pongo a bailar sobre el teclado buscando la inspiración a base del sonido de un taconeo singular en este suelo de letras. Golpeo el teclado como si fuera al tiempo un saco de boxeo para mi ánimo algo turbado últimamente y debido, entre otras cosas, a las miserias sociales que veo y siento; además, me resulta muy difícil acariciar cualquier piel metálica, no humana, por mucho que mi nuevo ordenador ‘objeto’ quiera hacerse ‘sujeto’ iluminándose cuando lo toco, cual zalamero que quisiera ganarme el amor con su luz a sabiendas de la poca que impera en estos tiempos. Pero ¡no hay manera!, lo golpeo tanto que hasta encuentro cierta sonoridad rítmica con ello. ¡Lo que hay que ver es cómo avanza la tecnología en pos de la comodidad – esto de la iluminación en el teclado es una pasada- que, sin embargo, nos anquilosa sobremanera resultando un contrasentido! Bueno, a lo que iba; con mi taconeo trato de sacar a bailar una idea que me acompañe este domingo. Y la hallo a la altura de esta línea. Porque estaba ahí, como una pequeña golfa jugando al gato y al ratón pero asomada a la vista de todos, ya que está de moda. La idea gira en titulares de periódicos y gira y gira en torno a la urgente creación de unos Códigos Éticos en las distintas Administraciones. ¿Por qué será? Demasiado náufrago suelto se presiente.
Yo no sé si seré algo críptico en ocasiones cuando escribo, incluso puede que lo sea por puro instinto de supervivencia al golpear las teclas con cierto y crítico apasionamiento y en evitación de problemas mayores, pero como método para ocultar el significado de los mensajes presumo mayor dominio críptico a estos políticos con su redacción de nuevos códigos, que tal vez lo que pretendan sea protegerse con esta hipotética buena intención de la inquina de la gente por su mala general actuación hasta la fecha. Pero ¿cómo pueden pretender los mismos que han tirado por la taza del wáter lo más ético de la actividad política ser ‘los artífices de una nueva fórmula de comprenderla virtuosamente? Menos hablar y más actuar.