No es mi intención, ni en este ni en mis otros articulos, tratar de adoctrinar a nadie, sino de dar fe de aquello en lo que profundamente creo, y practico desde hace muchos años. Dicho esto, desde mi particular percepción, he observado que hoy dia hay una variopinta cantidad de personas, algunas incluso que dicen practicar la meditación, que se creen moderadamente espirituales o algunas incluso altamente espirituales. Yo por mi parte, que llevo toda una vida entregado principalmente a este tema, (desde los dieciseis años) , tendria que estar encantado, pues antes eramos muy pocos. Pero por otra esoy muy perplejo. Soy de los que crée firmemente en el espiritu y diariamente realizo las practicas corerespondientes del Tao y del Zen, que suponen unas cuatro horas diarias, el resto del tiempo en el dia, está dedicado al trabajo fisico o intelectual no renumerado, fuera por lo tanto del mundanal ruido. Pues bien, a pesar de todo eso y de que mi segundo y último maestro, el introductor oficial del Zen en España, Dokusho Villalba, me reconoció publicamente el haber llegado al”Despertar, ya hace unos quince años, yo no me considero aún plenamente realizado espiritualmente, al menos de una forma estable, sin embargo otras personas que llevan, relativamente, muy poco tiempo en esto ni tienen la suficiente dedicación al tema, y que ademas, unos son inestables emocionalmente, otros, lo quieren compatibilizar con aspectos dionisiacos mas propios de la “dolche vita”, otros son ateos o practican solo cuando les viene en gana… ,y sin embargo se quieren considerar a si mismos tan espirituales como el que mas, algunos pretendiendo incluso dar lecciones de cual es la verdadera espiritualidad.
Desde aqui hago un llamamiento, de buena voluntad, a todos aquellos que realmente quieran entrar en el terreno propiamente espiritual, para que se reconozcan como son y no como les gustaria ser, pues solo asi se puede construir la espiritualidad verdadera, edificando sobre la roca firme del propio reconocimiento, del variopinto paisaje de nuestro propio terreno, aceptandolo como es y no como nos gustaria que fuese.
Hoy dia hay tal profusión de informaciones variadas sobre el tema, desde perspectivas tan distintas, que el principiante, normalmente, queda atrapado en los dichos de los sabios y misticos de distintas creencias, creandose una nube en su mente, de la que no sabe por donde salir o dirigir su vida, terminando por hacer aquello a lo que la engañosa percepción de su mente lo lleva. No son conscientes de que al espiritu solo se puede llegar cuando se puede salir uno de su propia mente y va mas allá de ella. Lo que es peor, es que intenten convencer a otros de que su visión es la mejor, cuando en realidad solo es la mas acomodaticia para su ego, y que si siguen esos pasos seguiran siendo esclavizados por sus deseos continuamente y no encontrarán esa paz y felicidad interna, que en el fondo buscan, y que solo el verdadero camino de la práctica interior puede dar. El verdadero camino puede ser cualquiera de los reconocidos, y de los que han dado ejemplo mas que suficiente los grandes maestros, porque en esta gran aventura del espiritu, no se trata tanto de que realizas sino de COMO LO REALIZAS. Asi, por ejemplo, lo expresó magistralmente el gran Maestro de Ocidente : “El que quiera venir en pos de mi, nieguese a si mismo y tome su cruz y sigame. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá, y el que la pierda por mi, la hallará” (Mateo 16,23 y 24). Asi pues la clave del buen camino está en la renuncia y no en la búsqueda de consecución de desos, con los que el ignorante pretende “salvar su vida”, pues asi quedará preso en sus deseos y en vez de salvarla la perderá. En esto último la doctrina de Jesús dice lo mismo que la del gran maestro de Oriente, cuando en la “segunda noble verdad”, dice que la causa del sufrimiento está en el deseo.