En la tercera fase de este gran camino que “no tiene nombre alguno”, pero que está mas allá de cualquier camino ordinario, ya no hay siquiera el pensamiento de que uno no tiene pensamientos , al menos cuando medita, por lo que el iniciado se encuentra dueño de sus emociones, imperturbable por los vaivenes de la vida, siempre que haya podido extrapolar a la vida diaria el estado de conciencia de su meditación. Su vida ya no está dirigida por su ego, sino que se la ha confiado al Ser profundo que está en todos nosotros, pero del que normalmente no tenemos apenas consciencia. Este Ser es el espiritu que nos habita y que sabe mejor que nadie lo que mas nos conviene, pero claro la mente racional tiene sus dudas razonables y no lo deja surgir a la consciencia ordinaria.
En la antigua Alquimia Interna Taoista llaman a esta fase ” Devolver el Espiritu a la Nada”. En efecto, una vez que en las fases anteriores se ha elevado la energia interna hasta el cerebro, y hasta la mismisima residencia del Shen(espiritu de vitalidad), en el Dan-Tien superior, situado en el entrecejo, por lo que tambien se conoce como “tercer ojo”, llega el momento que la energia sutil, pero de naturaleza bioelectrica,en la contraparte del plano fisico, con la que estamos trabajando en el “lavado médula-cerebro”, atraviesa el hueso frontal del craneo y da paso al exterior a este espiritu de vitalidad, que se ha ido formando y que es nuestro “Yo verdadero”. Esto es posible ademas en el plano puramente material, por la conocida propiedad piezoelectrica de los huesos que los hace semiconductores. El espiritu queda asi libre de nuestro cuerpo y de nuestra mente, en donde estaba aprisionado. Este es un nuevo nacimiento, pero de naturaleza espiritual, por lo que el iniciado se convierte en inmortal en el plano espiritual alcanzado, aunque su cuerpo fisico siga viviendo todos los años que pueda vivir,que por cierto al no tener ya contradicciones internas, ni otras cauas por el estilo, como las emociones negativas , que le hagan ir perdiendo energia paulatinamente, suele ser mas de lo normal.
Tengo la plena convicción de que Jesús, el Cristo, cuando dijo”…Si quereis entrar en el Reino de los Cielos teneis que nacer de nuevo”, se estaba refiriendo concretamente a lo mismo que en esta tercera fase del camino hacia la Iluminación, se menciona ahora. Este nuevo Ser no nacido de vientre de mujer alguna, aunque sea intangible, vive, al principio, próximo al cuerpo fisico del iniciado, como si este fuese una madre y un padre para él, y de cuyos cuidados necesita hasta que alcance su completa independencia, como ocurre normalmente en el plano fisico con cualquier recien nacido. Al que podiamos llamar bebé espiritual, el iniciado, ha de saber nutrirlo , con la regulación respiratoria, energética y mental adecuadas, hasta que se desarrolle completamente. Cuando esto suceda se entraria en la cuarta y última fase.
Según las fuentes taoistas, cuando una persona normal se muere, su espiritu sale del cuerpò fisico ascendiendo, y atravesando una puerta de salida situada en la parte mas alta del craneo, la que solemos llamar la fontanela, que es el lugar en el que se situa el último chakra o “loto de los mil pétalos”. Pero ese espiritu no es independiente sino que sigue atado a múltiples deseos incumplidos o emociones y pasiones diversas, por lo que buscará donde encarnar cuanto antes en otro cuerpo fisico en gestación segun sus deseos. Por el contrario, cuando aún en vida de la persona del iniciado, este, a través de la consumación de las tres fases mencionadas, dirige el espiritu hacia arriba tambien, pero lo hace salir voluntaria y conscientemente, por la puerta del entrecejo, el Dan-Tien superior para los taoistas, este espiritu es un espiritu completamente refinado, libre e independiente, que no tiene necesidad de reencarnar, si no quiere seguir en este mundo de dualidad y sufrimiento.