Todo lo anterior está muy bien como teoria, pero ¿Que puede hacer el ser humano, aún estando relativamente bien integrado, para dar el salto a un estado de conciencia elevado, cualitativamente distinto, aunque incluya el de la conciencia anterior tambien, que le permita vivir en paz de una vez por todas ? . La respuesta perfecta, al menos en el Zen es: NADA. Pero esta respuesta no es para un principiante, sino para alguien ya bien avezado en este gran camino espiritual. En él hay tres etapas claramente diferenciadas como se pone en evidencia en el dicho: ” Antes las montañas eran las montañas, despues las montañas ya no eran las montañas y por último las montañas volvieron a ser las montañas (sin embargo estas últimas ya no son como las primeras)”. Conocemos, tanto lo exterior como lo interior, a través de nuestra particular percepción. Todo el mundo cree estar en lo cierto en su particular forma de ver las cosas, pero de ahi la confusión reinante en las relaciones humanas. Por eso el método cientifico, al ser objetivo, tiene tanto exito y alcanza tantos logros en la explicación de fenómenos fisicos, pero no asi en el psiquismo subjetivo del propio sujeto que investiga. Esto es asi porque la observación de lo observado no puede ser nunca la observación misma, fallando asi la objetividad y por lo tanto el cientificismo cuando se aplica al propio hombre.
“Antes las montañas eran las montañas…” Se está refiriendo a esta percepción normal que todos tenemos, pero que casi siempre difiere algo en unos y otros.
Pasado un cierto tiempo, el iniciado, sea el camino que sea el que haya elegido, en su idealización del método seguido, cree haber alcanzado en menor o mayor grado una percepción mas sutíl y elevada de la realidad, que incluso, a nivel intelectual puede parecer óptima. A esta nueva percepción mas sutíl es a la que se refiere el dicho : …”Despues las montañas ya no eran las montañas…” Es decir, el iniciado empieza a darse cuenta que la realidad, tal como la percibimos normalmente, es solo una realidad aparente, y que debe existir algo mas verdaderamente real y esencial.
Por último, el iniciado encuentra esa Verdad esencial o lo que es lo mismo es encontrado por ella. : ” … Y por último las montañas volvieron a ser las montañas(sin embargo estas últimas ya no son como las primeras”. La contradicción lógica que esto entraña para la persona normal y aún para el neófito, es la puerta que se cierra para la persona que no ha alcanzado la visión directa de la realidad tal como verdaderamente es. Para la mente normal, racional solamente, pero incapaz de transcender la mera razón, y ver la esencia primordial de todas las cosas, es imposible salir de la percepción dual de todas las cosas, por lo que las últimas montañas o son iguales a las primeras o no lo son, pero lo que rompe todo esquema lógico es que sean iguales y al mismo tiempo sean desiguales.
Tres monjes observaban como se movia una bandera. El primero dijo : La bandera de mueve. El segundo dijo: Es el aire el que se mueve. El tercero dijo : Es vuestra mente la que se mueve.
¿La bandera se mueve o es el aire el que se mueve ?. son dos cosas distintas para una mente que se mueve, es decir para una mente normal, racional y por lo tanto analitica, que segun la óptica desde la que observe el fenómeno, pensará que es el aire el que se mueve o por el contrario que es la bandera la que se mueve. Pero ambas opciones son producto de una “mente que se mueve”, o sea discriminativa, que separa dos partes de un mismo fenómeno, que aún siendo ciertas y distintas las dos para el plano de conciencia normal, no lo son para un plano de conciencia de una mente que no se mueva, es decir de una mente ecuánime, que abrace las contradicciones aparentes del mundo fenoménico y salga de si misma, evolucionando hacia el mundo del espiritu, mas allá del ego personal, alcanzando asi la visión directa de la realidad autentica, tal como es, fuera de todos los personalismos.