Pasaron treinta y dos pero pasarán mas de cien o mil años y seguirá siendo inolvidable para mí.
¡Qué suerte la mía!, haber tenido un padre como he tenido. ¿Qué cosa hay que esté por encima de esta suerte? Pasarán más de mil años pero seguirá inmortal en mi memoria, por muchas razones que me llevaría un libro escribirlas pero, por elegir una en en este tiempo utilitarista hasta la enfermedad, de persona insobornable y con principios. Como el famoso Koan, que se pregunta: ¿Cómo era la cara de tu padre antes de