Pero ¿qué locura es esta?
O sea, llevamos casi dos meses confinados. Sin poder salir nada más que para llenar la despensa y nevera, coger la medicina o la prensa. Estamos hasta los mismísimos, y hoy nos abren las puertas de casa para salir a dar un paseo o correr, y nos amontonamos como imbéciles. Porque hay que ser imbéciles, todos a pasear por las mismas sendas, las de la falta de cordura y sensatez para no contraer el virus,