Hecho polvo
Hay días que uno se levanta hecho polvo y no porque haya muerto y haya viento, sino porque lastran las pocas horas dormidas tras el trabajo puntual de muchas horas seguidas. Es la vida del currante, días grises a pesar de ser claros de casi estío. Pues bien, debido al polvo que hay que sacudirse para caminar limpio, hoy me animé a pasear por el Ourense matinal que tanto me fascina, sobre todo por el