1.- No voy a leer el largo currículo de Villares ni por consejo de Baltasar Gracián hablaré por superlativos, aunque la ocasión lo merezca… Basta con decir: decano de su facultad de Historia, rector de la USC, presidente del Consello da Cultura Galega, miembro de número de la RAG y sobre todo, autor de libros, imprescindibles libros como el que hoy se presenta, escrito esta vez en castellano y dirigido – también- a lectores no gallegos. Este pequeño comentario está escrito, por ello, también en castellano
2.- No soy historiador. Soy lector de libros de historia lo que no parece razón suficiente para presentar el libro de un historiador… Lo que si tengo es experiencia, una larga experiencia, con historias. Son, eso sí, historias clínicas y de vida con identidades quebradas o malformadas. Tal vez, historias e historiales, por parientes allegados, me autorizan de algún modo a presentar este libro del profesor Villares que se ocupa de una Galicia entre dos mundos que parece presentar, en su vacilante identidad, alguna semejanza, con las historias e identidades biográficas que yo intenté entender y cuando fue posible y era necesario, modificar. Un individuo no es un país aunque no falten estudiosos que pretendan aplicar los conocimientos sobre crisis, identidades y soluciones de la psicología a las sociedades. El último libro de Jared Diamon, Crisis, por ejemplo, defiende esa posición abiertamente, lo que critica un historiador como Niel Fergusson pero es Villares, que no es ajeno a estas cuestiones, quien también cita en las primeras páginas del libro a Erikson, un psicoanalista que en los años 50 publicó un libro, Infancia y Sociedad, donde empleando la terminología psicoanalítica del tiempo estudiaba la formación de Identidades en los indios de las praderas, en Hitler y Máximo Gorki y establecía las sucesivas polaridades que definían la identidad según las edades.
3.- El prólogo de esta Galicia entre dos mundos resume la pretensión del libro:
“Entender el proceso histórico mediante el cual la sociedad gallega ha construido su propia identidad como una nación-cultura, ha buscado o identificado sus antepasados heroicos y ha conectado con otras culturas para descubrir afirmar y recrear su propia identidad…
Hasta no hace mucho era la Galitzia austro-húngara, que ya no existe, la que ocupaba en la bibliografía el lugar de esta nuestra del Finisterre lo que en tiempos como el nuestro, donde dos atractores semánticos, poner en valor, hacer visible determinan tantos movimientos y presencias tiene su importancia, así que, hacer visible Galicia entre los no gallegos, es también, una de las intenciones de este libro.
4.- La génesis de esa identidad de la que se ocupa el libro no fue (ni es) una génesis sencilla ni rápida, ni su resultado fue como en otras naciones- cultura europeas, un estado nación. Galicia en la idea de Villares es una de esas naciones-cultura, una sociedad bien diferenciada en sus tradiciones, su lengua, sus costumbres, sus maneras de mesa etc. pero con instituciones políticas débiles que no llegaron a constituirse en estado ni consiguieron dotarse de una conciencia nacional asumida por sus habitantes. País fuerte, nación débil, dice Villares porque el sentimiento de pertenencia es fuerte pero el paso siguiente, convertir ese sentimiento explícito de pertenencia en una nación que comparta una memoria histórica común y una voluntad política para hacerla operativa, no ha sido dado por la sociedad gallega contemporánea. Hay razones históricas que lo explican y de esas razones se ocupa el libro.
5.- Anne Marie Thiesse autora del libro, La Creación de las identidades nacionales, dijo, un poco en broma matiza Villares, que la identidad de una nación es como IKEA: a partir de categorías elementales semejantes se pueden hacer montajes diversos según convenga… Borges había escrito muchos años antes algo muy parecido no referido a países y naciones sino a biografías: Simplifiquemos desaforadamente una vida. Imaginemos que la integran 13.000 hechos. Una de las hipotéticas biografías registraría la serie, 11, 22, 33; otra la serie 9,13, 17,21; otra la serie 3, 12 , 21…
A partir de esos hechos, cualquiera individuo puede componer varias biografías o auto-biografías posibles y los países su historia nacional identitaria. Los hechos que importan, en la génesis de esa identidad, dice Villares, son aquellos que históricamente han contribuido a mantener o consolidar la condición diferencial de Galicia como pueblo y como cultura y aquellos que la han dificultado o bloqueado. Esos hechos favorables o perturbadores no son un asunto de si o no. Actuaron de manera simultánea más que pendular. Tampoco son invenciones ni hechos falsos o inventados aunque algunos hubo en todos los procesos de formación de las identidades nacionales, recuérdense los cantos de Ossian o el Kalevala; Son “énfasis” y olvidos sobre fuentes diversas pero no puras invenciones. A veces basta con cambiar una vocal, una “u” por una “e” para que tengamos una guerra de secesión en lugar de una de sucesión
6.- Entre esos hechos relevantes hay algunos más relevantes que otros. Por ejemplo: La separación de Portugal en el siglo XII que impidió la expansión hacia el sur y privó a Galicia de una de las parteras de la historia que es hacer la guerra y tener un enemigo; la invención de la tumba del apóstol que abrió los caminos europeos y eliminó la insularidad de Finisterre; la profunda cristianización de Galicia, el rasgo más definitorio de la formación de la identidad gallega, según Villares, que se mantuvo durante siglos (hasta el XX), el predominio de la nobleza eclesiástica sobre la secular, la ausencia de una gran ciudad rectora o la emigración sobre todo americana, son algunos solo algunos, de esos hechos relevantes que analiza el libro.
Esos hechos, a favor y en contra son numerosos y en este libro parecen estar sino todos, casi todos que son analizados minuciosamente desde un punto de vista equilibrado en el que se eluden triunfalismos y victimismos.
7.- La construcción de una identidad nacional o cultural el recurso al pasado como legitimador del presente es recurso muy usado aunque hay que recordar, como dice Lobo Antunes, que o pasado é a coisa máis imprevisível do mundo; não para de transformarse… Las naciones europeas comienzan con la identificación de sus antepasados, asunto de cierta complejidad en el que hay que elegir, por ejemplo, entre francos o galos o britanos o sajones, y en el que raza, lengua, monumentos o literatura son relevantes. En Galicia esos antepasados fueron desde el XVIII en delante de la mano de Vera, Viceto y Murguía, la supuesta etnia de los celtas con sus castros que sucedían a los antepasados bíblicos o griegos y el de la sociedad medieval con sus mosteiros y castillos. Más tarde, desde los NÓS, fue la cultura la base de la identidad. A partir de los tres grandes del Rexurdimento, Rosalía, Pondal y Curros, los tres grandes de los NÓS, Otero, Risco y Castelao, fundamentaron la identidad de Galicia en la cultura con dos ideas centrales: nada se explica sin un recurso al pasado y solo los pueblos capaces de crear una cultura propia expresada en su lengua, literatura, arte, derecho y costumbres pueden aportar algo a la cultura universal.
8.- Al final del libro Villares estudia tres ciudades que recibieron y devolvieron emigrantes gallegos: Buenos Aires, La Habana y São Paulo, tres sociedades diferentes, tres acogidas diferentes. En las tres ciudades los dos millones de gallegos emigrados desde el XIX se urbanizaron, se asociaron, enviaron fondos a la tierra de origen, inventaron símbolos (himno, bandera), editaron libros, se exiliaron, fueron reconocidos como gallegos en los países de acogida y se auto-reconocieron como tales a pesar, o precisamente por eso, de lo peyorativo que llevaba asociado el término gallego. Fue una emigración mayoritariamente masculina de ida y vuelta en gentes y cultura. El papel de esas tres ciudades, diferente, con matices propios, fue fundamental en la historia de Galicia. Villares no duda en reconocer la decisiva importancia de la emigración, sobre toda la americana, porque hubo varias: a Lisboa en el XVIII, a América, a Europa. De la importancia que da Villares a la emigración americana, da cuenta la fotografía de la portada del libro.
9.- La densidad informativa y analítica del libro hace difícil el resumen o la reseña. Está “todo” y ese todo está apoyado en una erudición babélica en la que a veces cincuenta o más hechos y otros tantos autores son convocados en cada página. A pesar de no tener entradas alfabéticas el libro es como una enciclopedia. Por dar un dato: en el índice del final del libro hay más de 1.400 entradas pero esa densidad priva al libro de amenidad.
Es un relato bien trabajado y mejor contado que solo es posible escribir después de muchos años de estudio y donde abundan las posibles respuestas y las nuevas y a veces inquietantes preguntas que nuestro tiempo plantea…
10.- Villares escribe bien, muy bien. No todos los historiadores tienen esa virtud que no siempre acompaña a la erudición… Algún amigo común me contó que Villares lee todas las noches antes de dormir un artículo de don Álvaro Cunqueiro, buena compañía sin duda para ensueños y vigilias y para escribir como pretendía Cunqueiro, bien, seguido y claro, esa cortesía con los lectores que decía Borges.
También hay azares en esta historia y la tentación de las ucronías es constante.. ¿Que hubiese pasado por ejemplo, si… Portugal no se separa de Galicia en el siglo XII?…
Uno puede preguntarse al final del libro si tuvimos, tenemos o tendremos, o será posible y conveniente que alguna vez tengamos una explicación estable de la identidad de Galicia. No sé, pero siempre podremos preguntarnos como los personajes de Cunqueiro en El año del cometa:
¿Hay explicación científica?.
No. Hay explicación poética que es de grado superior.
A fin de cuentas, la historia, tiene muchas veces algo de poética y este libro no es ajeno ni a la historia ni a la poesía. No por azar abren el primer capítulo unos versos de Novoneyra y abren el tercero unos de Rosalía.
En resumen y termino: De lectura obligada.