Como un regalo de Reyes, y especialmente a lo que se portan bien en operación regreso para no esperar a última hora y colapsar más la entrada a la gran capital fundamentalmente (cada vez se concentra mayor población en Madrid en detrimento de la menor demografía del resto), la nieve apareció y los que tienen que velar porque las infraestructuras no sufran demasiado por las condiciones naturales adversas desaparecieron de la vista de los usuarios de la autopista como si no existieran. Así, miles de usuarios de la autopista de peaje AP-6, que une Madrid y A Coruña, han estado más de 17 horas atrapados en la calzada a consecuencia de la fuerte nevada caída este día de Reyes en la sierra de Madrid. La circulación ha sido imposible entre Villalba (Madrid) y Arévalo (Ávila) y una multitud de personas ha tenido que pasar la noche en los monumentales atascos, que han llegado a superar con creces los 60 kilómetros en ambos sentidos, por la ausencia de información oficial y máquinas quitanieves.
Lo que resulta una vergüenza es que en esta crisis importante para tantos pasajeros atrapados en la autopista AP9, cuyo peaje cuesta un huevo, los quitanieves y medios necesarios para que esto no suceda brillaron por su ausencia. Medios necesarios que a lo peor no lo son tanto a consideración de la clase política que anda enredada siempre en asuntos identitarios, de partido y demás mierdas, sí, 'mierdas', asignando recursos y recursos económicos y de fuerzas públicas a costa de detraerlo del bienestar colectivo. Si en época de nieves y en fechas puntuales tan importantes como las señaladas por las fiestas navideñas no se tienen preparados todos los recursos para que no suceda lo que sucedió esta noche a tantos y tantos automovilistas, pues que se metan por donde les quepa sus dialécticas, oratorias, y discursos, porque no nos dan ninguna confianza. Solo cabe echarlos del poder de una vez y esperar a que lleguen otros menos idiotas y mejores ciudadanos. Da igual que sean incendios en verano, nieves en invierno, o flores en primavera, el Estado está a otras cosas