Estamos oyendo cada día que las acciones de la mayoría de los políticos están encaminadas para no hacer lo que el pueblo les está reprochando a gritos. De lo dicho al hecho … lo hemos oído muchas veces, pues ahora que se acercan las elecciones generales del 20 de diciembre confirmo que volvemos a la “partitocracia”, ni a los afiliados se tiene en cuenta, “paracaidistas”, “regeneradores”, e incluso “amiguetes” son los que copan lugares no comprometidos en las listas electorales, sabiendo que el escaño lo obtendrán sin dudarlo. Los que la cúpula electoral del partido no coloca en las listas, a pesar de que fueron elegidos por las bases en las llamadas primarias, que cada partido interpreta de una forma, no pierden el ánimo y declaran que aún no estando conformes seguirán luchando por el partido para que salga adelante el proyecto ideológico en el que cree. Militantes comprometidos y ganas de trabajar se están dando cuenta que en muchos casos el poder de la cúpula del partido ha sobrepasado a la ideología.
Nuestra democracia tras cuarenta años se está convirtiendo en una de partidos, cobra toda su fuerza lo escrito por José Luis Sampedro: “La democracia no es el gobierno del pueblo en ningún sitio. ¿Qué se vota? Lo que nos hacen que votemos.” Ya lo veía en el siglo pasado, pueden imaginarse lo que al día de hoy diría, ni estaría conforme con el rumbo tomado por el 15M, con los que estuvo compartiendo su gran espíritu juvenil.
Ni laicismo, ni dogmatismo, educar desde la infancia en valores que son los de la ética natural: Vivir en libertad, igualdad, solidaridad y democracia, respetando las opiniones, creencias y modos de vida de cada uno. Ni totalitarismo (nazismo, leninismo, capitalismo…), ni ninguna de las ideologías que cambiando de apariencia siguen siendo dictatoriales. Olvidémonos del “Cándido” volteriano y del “Buen salvaje” rousseauniano. Se precisa amor y comprensión para todos los que poblamos la Tierra, las personas somos capaces de cambiar el futuro y llevarlo a cabo sin “elegidos”, “iluminados”, o “salvadores”, caminemos juntos hacia el cambio que la humanidad necesita, tarea para unos cuantos años, pero el fruto lo merece: “Un mundo mejor para nuestros descendientes”.