Momentos para todo

Hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: Nacer y morir; llorar y reir; intentar y desistir… O, eso dice el Antiguo Testamento, algo bueno tendría que tener, además de matanzas. Así que, por una vez, le haremos caso. Siete meses, ni uno ni dos, siete llevamos de castigo . Pasamos cada día por estados de ánimo diferentes a causa de esta plaga, así que es preciso y obligado desentenderse por veces, aislarse, olvidar y seguir con nuestra vida. Hablar de ello, a todas horas, no solo no soluciona, sino que no nos deja un minuto de calma. Así que, tener un lugar donde tranquilizarse es vital. Nuestra casa es ahora el lugar perfecto para hacerlo. Esperar a que pase la segunda ola, puede ser llevadero o un infierno. No podemos controlar el virus, pero sí, la manera de hacerle frente En nuestro caso lo hacemos leyendo, sobre todo leyendo, pero existen muchas maneras más de hacer de esto algo menos malo y, cada uno debe buscar su alivio a tanto cansancio acumulado. Esto también pasará.