Durante el confinamiento, y no solo, todos los que hacían alguna declaración “seria” sobre lo que fuera, tenían detrás libros. En algunos casos no nos extrañaría que se tratara de un trampantojo más, después de escuchar algunas declaraciones peregrinas que, si leyeran, nunca harían. La foto del Dr. Gracia en un despacho donde no cabe ni un libro más y, dando por sentado, que todos han sido leídos y consultados una y otra vez es una delicia. Los que, conocemos al fotografiado, sabemos que no es artificio. El sueño de algunos eternos insatisfechos es una casa de campo con chimenea, café, música y libros y, por supuesto, en buena compañía , es decir, fugaz y silenciosa. Bonita foto.