Lo bello no es sino el comienzo de lo terrible,
eso que todavía podemos soportar.
Rainer María Rilke
Comienza el libro “Juan Griego” con este poema que se clava en mi memoria pensando en el comienzo con ella, cuando aún me resistía a su belleza, pensando, o mejor, sintiendo lo terrible del posterior e inexorable adiós. Hoy, precisamente hoy, el comienzo cumple 36 años, pero ella está hoy doliente, no de infeliz aniversario sino de mal de ojo puntual; y también doliente de un pedazo de alma, simplemente porque ese mal de ojo le impide trabajar. Pero, ¿por qué le duele tanto no trabajar unos días?; una coyuntural baja laboral que otros trabajadores saludarían con cierta alegría, e incluso prorrogarían si les fuera posible, para ella resulta un dolor, por ser autónoma y serlo yo; su dolor es mayor porque su trabajo lo tengo que hacer yo, otro autónomo. Precisamente por ese último dolor de hoy en ella yo todavía puedo soportar “eso”, lo bello.
Al final, lo que iba a ser la demonización de una singularidad laboral por ser autónomo sufriente de una coyuntura adversa se vuelve virtud al vencer la incomodidad material con un sencillo y profundo poema, letras que se vuelven estoicas fuerzas, verdad contundente. Hay que ver lo que da de sí, lo que da de mí, sentir su sentir. ¡Bravo, Paloma!, 36 de 63 contigo son … “eso”.