
La madre
Ella se llama Elisa, la madre que me parió. Hoy cumplió 96 años, lúcida de mente en cuerpo sano aunque lleno de pequeñas goteras, ejerciendo sin quererlo el matriarcado tradicional. Es la memoria viva de sus antepasados, la superviviente de su generación, al menos en el círculo más íntimo, que la ha dejado sola frente a agresivos tiempos actuales. No importa. Ella asume lo que le llega, tamizado por su acusada falta de audición, a