Sesenta
Esta semana pasada he llegado a los sesenta. La leche, o ¡la releche! Si lo pienso no llego, pues aún me veo jugando al fútbol en los Maristas, o comiendo pipas en el Parque San Lázaro, de primeras manitas, el primer ordiá, etc. Los alcanzo teniendo claro que otros que llegaron a los mismos hace algunos años ya no siguen en este barrio o, cuando menos, tienen el pasaporte entre los dientes para pasar el