DESPEGA Y VÁMONOS
Costó trabajo conseguirlo. Tiempo perdido, malos largos tragos en buenos restaurantes, reuniones en despejados despachos antaño propiedad de enemigos del Pueblo; madrugar algunos días, mandar a los hijos, exiliados, a estudiar al extranjero para que no sufran el colonialismo español, entradas y salidas de la cárcel unas horitas por la tarde, con la pensión íntegra para cuando nos hagamos viejos, tendrán que mandárnosla por transfer internacional como las de los emigrantes gallegos en Suiza.