APOCALIPSIS 3:15-19
El tibio no calienta nada, ni siquiera la silla, se esta ahí quieto, esperando que algo lo anime, es como una mancha de café en el platillo, o una mancha de humedad en el aleph del salón, como el arpa de Bécquer, presente sin próximo futuro, el tibio nada dice más allá de un asentimiento con el cuello, que le dobla la papada. El tibio cruza los dedos de las manos y las manos