SEMANA XV
DOMINGO Siempre me ha llamado la atención ese deseo de mucha gente de hacernos a los demás partícipes de sus momentos de entusiasmo, de sus alegrías domésticas en forma de quema de petardos que resuenan en mi cabeza como martillazos clavando la tapa de mi ataúd. Cualquier evento coloca a estos eventuales y platirrínicos familiares míos lejanos en un estado de frenesí tal que no encuentran otro medio de expansión, como la válvula loca