
Sí, sí, pero no, no.
Aquí todo dios opina. Nos metemos en los pellejos de los protagonistas y subimos o bajamos el pulgar según nuestra simpatía. La lógica se desvirtúa con lentes que nos ha puesto cierta ideología. Pero ¿de que hablo? Coño, pues de cualquier cosa distinta a la de moda, no porque no me tire el decir lo que pienso sino porque si lo digo, adiós ríos, adiós fuentes, adiós regatos de agua, porque “ni agua” para el