Por fin una huelga salvaje, una huelga entre las huelgas, una huelga de las de toda la vida, una toma de la bastilla, una revolución de octubre en diciembre, grabada en directo por el cinexin, y llevada a las pantallas de televisión de los pitufos por el reportero más dicharachero, la rana Gustavo, para que la siga todo el mundo en directo, como cuando fue lo del destete del nenuco. Pero, gracias al cielo de plastilina, sin piquetes informativos armados de arco y flechas con ventosa, sino con piquetes educativos lego. Aquel principio trasnochado de la educación de antes de la Academia platónica, tiempos babilónicos, de que la letra con sangre entra, queda derogado gracias a esta huelga. Los piquetes informativos quedan terminantemente prohibidos. La sangre, la violencia, en las novísimas leyes de educación de nuestros gobiernos chinos no tiene cabida, hay que volver a la educación de antes de Miguel Servet, cuando los muñecos de madera no tenían circulación de sangre, la época en la que los del ministerio de educación, de cultura, de deporte, de igualdad, tenían la sangre azul, tan bella, tan palaciega, tan poco burguesa que ni siquiera circulaba por las venas del profesor chiflado.
Nada de jugar a médicos y enfermeras. Nada de jugar al burro. Nada de jugar al escondite inglés: hay huelga de juguetes en navidad y ya estoy esperando otras huelgas necesarias en esta fechas: la de los villancicos rapeados, ojalá, la del turrón que nos llena de plomo, la del champán que se nos sube a la cabeza, la de la lotería que nos crea falsas esperanzas y la de los gallos de la misa del gallo, que non son horas de que nadie trabaje en festivo. Cumpliendo con el principio de estos majaras que nos gobiernan de que hay que protegernos de nosotros mismos, que nos autolesionamos, van a promover también la huelga de la literatura de ficción y los tebeos, excepto el BOE. Es la primera vez en la Historia de España en que una huelga sea promulgada desde el poder de los pirados. El soviet supremo ha decidido cuáles van a ser los juguetes que debe manejar cada quién entre cinco y cincuenta años y en el próximo plan quinquenal se castigará con el destierro a aquellos niños a los que les guste un camión hormigonera más que una muñeca que tenga la regla y a las niñas que quieran una caja de costura antes que ese feo fusil de disparar agua corriente de la fuente. Y a ellos, ellas, elles, por preferir el camión de bomberos con la Sirenita a las bailarinas de plaimóbil sin guasap. Es la ley del Monopoli del Partido Único.
Vamos a asistir al frenético espectáculo de que sea la Fura dels Baus los que representen “El Cascanueces”, ballet en tres actos. Es lo que se dice siempre: no va a quedar títere con cabeza. Pobre Tchaikovsky y pobre Hoffman, ellos que se creían los reyes de este mundo y no son más que unos puñeteros retrógrados contrarrevolucionarios sin imaginación, no como papá Beria Garzón. Ya pueden ir inventando otra historia en la que no haya juguetes, cascanueces, soldaditos de plomo, princesas, castillos de exincastillos del Antiguo Regimen. Las muñecas de famosa se quedan en telecinco a repartir panfletos y enseñar las bragas, ya no se dirigen al Portal. Únete. ¡Abajo la Barbie, que es de derechas! Adiós, pues, le decimos a este clásico de Navidad igual que tuvimos que decir adiós a otro clásico hace unos años, al pequeño Tamborilero Rompoponpón, canción especial cantada por la dentadura de Raphael delante de su Excelencia la Dentadura de doña Carmen Polo de Franco. Se nos va lo mejorcito de nuestra infancia de perros por el camino que lleva a Belén, porompomponpero cantaba Peret…
Pero lo peor va a ser la huelga de los juguetes eróticos, juguetes completos juguetes comansi, indios, fuertes, plumas, caballos del llanero solitario, pistolas colt, chalecos con correa del Misisipi, dados trucados, bolas chinas del futbolín, barajas eróticas reunidas geiper, osos libidinosos de peluche, videoconsoladores de supermario bross repartidor de Butano, patitos de goma, estaos quietos, no os mováis de la caja, huelga de brazos caídos, ni se os ocurra vibrar… ¿Qué voy a hacer con tantas pilas sobrantes a medio consumir, no me atrevo a ponérselas al mando de netflix a ver si me va a salir la última porno de Almodóvar. O la primera. ¡No nos moverán! ¡a las barricadas, a quemar neumáticos del scalextri, compañeros y compañeras y compañeres!