¿Nos hacen tontos o lo somos de verdad? ¿y ellos, los prometosos, lo son o sólo se hacen?. En respuesta sobre mi primera y única persona la solución es muy fácil: lo soy. Sí, pero ¿y el resto, sois idiotas o es que os quieren hacer idiotas? No sé. Mickeyman, el Caballero Gris de Vigo, se monta una fiesta de luces, como un torero galáctico, con nieve directamente traída de las altas cumbres de la ría , y el tío manda nevar, como si fuese Moisés antes de partir de Egipto, y va, coño, y se pone a nevar la Octava Plaga, nieve de verdad surgiendo de cañones inocuos, cañones que matan de catarro. Abel se ríe de sí mismo pero sigue a lo suyo, lo peor son los palmeros que lo acompañan, que aplauden y ríen el gran chiste con la sonrisa radiante por el recuerdo de los emolumentos. Caballero es un tío simpático pero se ha pasado con la tercera dosis de “Soy como dios”, le ha hecho reacción lumínica y ya está pensando en crear un planeta nuevo de nombre Abel que sustituya a su tío Plutón, caído en desgracia; y los esclavos subidos en el carro triunfal no le dicen “acuérdate de que eres un hombre, tápate, que hace frio”. Mientras tanto los niños y sus papás con las bocas abiertas saboreando la Navidad verdadera, la de Noviembre, la navidad del portal de Belén, hay estrellas sol y luna, la virgen y san Abel y el niño que está en la cuna, ande ande ande la Marimorena, mientras paladeaban la nieve que pasaba directamente por el tracto digestivo y se aposentaba sumisamente en las neuronas. La nieve de verdad adormece a las fieras, te vas quedando dormido y el frío te paraliza y la Muerte te sube por los pies, perdóneseme que me ponga trágico en Navidad de noviembre. Yo, como soy tonto, y además me hacen, me he quedado con la boca abierta, pasmado ante la obra de teatro, sainete delirante entre candilejas infinitas, que se me ofrecía gratis, bueno, gratis de todo no, porque el precio de la electricidad me obliga a encender a los pocos la tele y ya no tengo fuerzas en las piernas para seguir dándole al generador a pedales que me he comprado para rebajar el colesterol y la factura de Naturgy. Con ese nombre cómo no nos la van a clavar. “Naturaca”, decían los chelis castizos cuando estaban de acuerdo con algún silogismo. Pero igual que pasa con el licor café, si el aguardiente adormece el café estimula, si la nieve te atonta, las luces te hipnotizan. El que no haya sido hipnotizado por esa avalancha de luces y de nieve es que no ha sido niño occidental en su vida y los que tienen más de quince años hoy han tenido que ser niños occidentales ayer. ¿A ver si son robots, con baterías recargables por energías renovables, los que se quedan apalominados mirando las luces de Vigo? Y el Caballero Llero dice que por cada euro gastado en bombillitas se generarán mil euros de riqueza para la ciudad. Hipnosis lumínica colectiva. Me pregunto yo, ¿los pensionistas de Vigo van a ver su pensión hipermetropiada gracias a la navidad de las luces? ¿ Y los marineros pescarán más luras?¿ Y los funcionarios verán más informes? ¿ Y los fontaneros de váteres de oro desatascaran más limpiamente?. Sería bueno tener las luces encendidas todo el año a ver si la economía gallega de unos pocos despega definitivamente hacia la Estación Espacial Internacional o más allá, al centro de la vía Láctea, el otro camino de Santiago que le queda aun por explotar a la Xunta del Apóstol Feijóo. Yo, mientras tanto voy a ir a Vigo a ver si hay unas luces que me curen con hipnolitotricia una piedra que tengo en la vesícula porque no puedo gastarme 1000 euros en un gastroenterólogo, que no los tengo porque he tenido que pagar la factura de Naturgy. El año que viene iré, andando, a que me curen allí la estulticia congénita. Naturaca.