Saltó la noticia el domingo, dos días después de la detención el pasado viernes, por presunta violación a una mujer prostituta, del hijo de Cándido Conde Pumpido y otros dos amigos. Dijo la mujer que había sido contratada por uno de los tres hombres y, sin embargo, violada por los tres. Por mor de la ley de violencia de género y el protocolo de agresión sexual, con la denuncia de la mujer los agentes procedieron a su traslado al Hospital de La Paz, donde se certificó que había sido violada. Consecuentemente, al identificar la mujer a los tres hombres que la agredieron, la Policía procedió a su arresto. La juez que intervino en el asunto, María Isabel Durántez Gil, que fue directora general de Marina Mercante en el Ministerio de Fomento del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, soltó a los presuntos agresores porque las imágenes captadas por las cámaras de seguridad que vio ella, la juez, restan vericidad al testimonio de la joven. Hay puntos oscuros, sospechosos, pero ya se hará la luz, o tal vez no, porque el padre es hoy protagonista del gran poder, de quien pende el hilo para que Sánchez gobierne en España, aunque sea d’aquela maneira. El putero, además de putero es tonto, porque hay que ver la necesidad de llevar a la propia casa a una profesional para hacer algo de sexo, a no ser que ese algo se convierta en mucho más, que ya nos lo dirá otro juez, tal vez. Veremos si aquí hay mamada, manada, desvergonzada, bronca de papá, cisne negro o blanca paloma de la paz.