La renta media de los jubilados crece el doble que la de los trabajadores desde 2008
Las subidas de las pensiones que se han ido aprobando en los últimos años han permitido que la renta media por persona de los jubilados sea de 15.868 euros, un 35,8% más alta que la que tenía este colectivo en 2008, y superior a la renta media de lostrabajadores, que se sitúa en 14.785 euros, un 18,5% más elevada que la de la crisis financiera.
El incremento de la renta de los primeros ha duplicado la de los trabajadores, lo que les ha permitido ser el único colectivo en el que la tasa de riesgo de pobreza ha disminuido en los últimos quince años. Además, la inflación promedio en ese periodo ha sido del 22,9%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), con lo que en la práctica los empleados han experimentado una pérdida de poder adquisitivo.
En términos generales, en España, la tasa de riesgo de pobreza se sitúa en el 20,4%, lo que quiere decir que uno de cada cinco ciudadanos del país tiene ingresos inferiores a lo que se conoce el umbral de la pobreza -es decir, a 10.088 euros al año si viven solos y de 21.185 euros en caso de ser un hogar de dos adultos y dos niños de menos de 14 años-. Esta tasa está 0,6 puntos por encima de la registró el país en 2008, justo antes de que empezara a crecer con motivo de la crisis financiera.
La tasa de pobreza alcanzó su máximo en 2016, al llegar al 22,3%, pero sigue ahora por encima de los niveles de 2008, año en que el INE empezó a contabilizarla en la Encuesta de Condiciones de Vida, publicada este lunes. Este aumento de la tasa de riesgo de pobreza ha sido homogéneo entre todos los colectivos a excepción de los jubilados, para los que la tasa ha caído significativamente.
En 2008, un 20,4% de los jubilados en el país tenían ingresos por debajo del umbral de pobreza, pero las subidas de las pensiones registradas han permitido que esta tasa caiga hasta el 15,1%, 5,3 puntos menos.
Aún así, en el último año, los pensionistas se han vuelto más vulnerables y su tasa de riesgo de pobreza ha crecido desde el 13,3% de 2021, por el impacto de la inflación, ya que las subidas de las pensiones conforme a los precios se producen a año vencido (por ejempo, las pensiones subieron un 2,5% en 2022 y la inflación promedio fue del 8,4%; esta última tasa es la que se utiliza para revalorizar las pensiones en 2023, pero en ese desfase temporal se produce un empobrecimiento).
De los trabajadores, un 12,5% se encuentra en riesgo de pobreza frente al 14,3% del año previo, en el que la inclusión de muchos empleados en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) redujo mucho los ingresos de la capa de trabajadores, incrementado así su riesgo de pobreza.
LA SITUACIÓN DE LOS PARADOS
Aunque los desempleados han incrementado un 9,1% su renta media en los últimos quince años hasta situarse en 9.146 euros, con datos de 2022, el riesgo de caer en la pobreza de este colectivo ha subido a lo largo de los años hasta situarse en el 41,7%.
En el último año, esa proporción ha subido dos décimas, pero desde 2008 acumula un incremento de 10,4 puntos. En 2008, tres de cada diez desempleados tenía ingresos inferiores al umbral de pobreza (el 31,3%), mientras que ahora los tienen cuatro de cada diez (el 41,7%). El máximo, sin embargo, se alcanzó en 2016, cuando esa tasa se situaba en el 48,5%, es decir, casi la mitad de los parados estaba en riesgo de pobreza.
Los parados son el colectivo que atraviesa mayores dificultades económicas en su día a día. Un 60,3% no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; un 58,2% no puede permitirse irse de vacaciones al menos una semana al año; un 29,7% no tiene dinero para mantener la vivienda con una temperatura adecuada; el 25,1% ha tenido retrasos en el pago del alquiler, la cuota hipotecaria o las facturas del gas, luz o comunidad; un 11,7% no puede permitirse tener un automóvil y un 11,3% no puede permitirse comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días.
Estos indicadores han empeorado considerablemente desde 2008 por el efecto de la subida de los precios. Hace quince años, sólo un 5,4% de los parados no podía permitirse una dieta equilibrada con dosis de proteínas, pero ahora esa proporción se ha más que duplicado; mientras que en 2008 sólo un 12,4% no podía poner la calefacción (frente al 29,7% de ahora).
EL MAPA DE LA POBREZA EN ESPAÑA
Aunque la tasa de riesgo de pobreza en España se sitúa en el 20,4% y asciende al 26% si se tiene en cuenta el nuevo concepto, que incluye el riesgo de exclusión social -es decir la carencia material y social y la poca intensidad del empleo-, se observan grandes diferencias dentro del país.
Como se observa en el gráfico, hay dos Españas en cuestión de riesgo de pobreza: la del norte y la del sur. La línea horizontal que divide la península en dos mitades, justo por debajo de Madrid, muestra como en el norte de España el porcentaje de hogares con ingresos por debajo del umbral de pobreza es muy inferior.
La Comunidad Foral de Navarra tiene el récord, con sólo un 10,9% de tasa de riesgo de pobreza, seguida por el País Vasco (12,2%) y Cataluña (14,8%).
El sur peninsular, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y el archipiélago canario destacan, sin embargo, por la gran proporción de población en riesgo de pobreza. Ceuta y Melilla lideran la tabla, con tasas del 34,8% y 34,5% respectivamente, y les siguen Extremadura (con un 30%), Canarias (29,4%) y Andalucía (29,1%).
La renta media por persona fluctúa desde los 10.133 euros de Extremadura a los 16.427 euros del País Vasco, lo que determina también que la mitad meridional del país se aprieten más el cinturón.
Un 11,9% de los canarios no pueden permitirse comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días, frente al 1,9% de los aragoneses; un 23% de los extremeños no puede tener la casa caliente, frente al 7,7% de los aragoneses; y un 45,2% de los andaluces no puede ir de vacaciones ni una semana al año, frente al 18,3% de los riojanos.