Son las doce y llegamos a casa; después de 14 horas currando no está mal la cosa. Que me denuncie el sindicato que quiera por auto explotarme, y después, eso sí, que me digan, enseñen y expliquen como se mantiene un negocio como el mío. Les quedaré muy agradecidos. Pero llego a casa y me pongo al día del día de lo acontecido fuera de las paredes más cercanas, y no me voy a referir a los auto proclamados UPOS ni a los políticos locales tradicionales unidos por una causilla mientras se disparan las mayores diferencias entre sus partidos; hoy lo local, pese a que más local que el que me secuestró el día no lo hay, pasa a segundo plano porque el primero está teñido de incendio, y es que está que arde la política, nada bueno, creo yo, para nadie, ni siquiera para quien piense que ha ganado hoy la bronca del Congreso. Porque cuando se enciende una llama, cualquiera se puede quemar. Parece que estamos volviendo al crispante clima de antes del 78, según sensaciones de muchos y, entre ellos, del moderado analista político Pedro G. Cuartango, que le falta interés partidista y le sobre sentido común. Leyes de una importancia capital se votan sin debates previos y en un espíritu que favorece al independentismo y la corrupción, corrupción por malversación, donde ya puede uno robar lo que es de todos, siempre y cuando no supere los 250.000€ y no se demuestre un lucro propio: sencillamente ¡una barbaridad! La modificación del Constitucional en un suma y sigue de apropiación del poder jurídico por parte del político rematando a Montesquieu, nos retrotrae e esos tiempos anteriores a la democracia. Incluso el insano juicio, me imagino más para la galería de los suyos que por creérselo de todo, trajo el 23F a colación, cuando el que lo trajo tendría tres o cuatro años y de aquello ni se enteró, a no ser que fuera niño precoz, que eso el mismo Felipe Sicilia nos lo tendría que contar. Demasiado bronco está el clima como para que no nos resfriemos todos y muchos cojamos una bronquitis de caballo que no sé a donde nos llevará, ciertamente. Casi me voy a elcercano a seguir currando…
La política nacional está que arde
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