LO que parece tener de grande en el bolsillo y su ego Pedro Sánchez parece tenerlo de pequeño en el cerebro, pues hay que ser bastante impúdico para posar delante de la tierra calcinada cual lo hiciera para Vanity Fair. Amén que el fraude aquí también supla a la verdad. ¡Que se mueran los feos! escribió Boris Vian, podría decir aquí y ahora por la falta de empatía del presidente de gobierno ¡que se mueran los del campo!, que son pocos y normalmente de tendencia conservadora. Conservadora para con los montes y familias que luchan porque siga la vida más allá de la urbe capitalina donde botaba un balón de baloncesto el dirigente mientras ellos “botan”, en Galicia al menos, semillas y ovejas por todo el terreno que pueden. Esta foto me recuerda a aquella de Feijoo que tanto criticamos muchos, también con ocasión de la maldición del fuego estival, apagando cenizas con una manguerita casi más pequeña que la que tiende a hacernos pensar lleva el paquete que marca el vaquero de Pedro. Mira que es hortera, marulo y extemporáneo marcar nada -los atributos están en lo que sienta cada uno ser cada mañana en cuestión de género, menos macho alfa y más lo que se quiera, pero su asesor de imagen debe ser de su cuerda y si antes nos posó con gafitas de sol en un avión ahora toca este posado fuera de cualquier pertinencia habida cuenta de la situación; igualito a si en un entierro le piden al hijo del finado que se ponga a posar con un Armani cual si fuera el tanatorio el mejor platóo. ¡Ah!, pero toda la culpa es del cambio climático, el mismo que desafían cuando cogen el Falcon para irse de turismo a Nueva York o Gandía, como si nada tuviera que ver la política de abandono de los montes y tierras del campo dejadas de la mano de Dios, sin rozarlas siquiera a pesar de contar con legión de subsidios que se tocan las narices, porque hacer algo por la comunidad es de buenos que confunden con ser idiotas. Los verdaderos idiotas son ellos, curiosamente, así que necesitamos que vengan a gobernarnos menos de estos últimos y más de los buenos, si los hay, claro.