Si buscáis a Conde Corbal en Orense, lo más probable es que se encuentre en Pontevedra. Y al preguntar por él en la Herrería, en ese café “Carabela” en donde supo encerrar tan sabiamente toda la belleza de la Plaza, os responderán que seguramente está en Orense. Así comenzaba su artículo sobre el Corbal, Francisco F. Bovillo, y efectivamente el pintor andaba siempre entre las dos ciudades, de ahí que ninguna de ellas lo considerara plenamente de su tierra aunque la tierra gallega fuera mismamente él, como ningún otro. En una de las dos ciudades, ahora resulta que el emblemático mural del pintor pontevedrés Xosé Conde Corbal, que desde 1965 formaba parte de la identidad del café-bar Carabela, podría acabar en el Museo de Pontevedra ya que la nueva gerencia que ha alquilado el local para abrir en él un nuevo negocio no incluirá ni el característico mobiliario ni esta pieza de evidente valor histórico, sino que remodelará el bajo por completo. Menos mal que los dueños han tenido la sensibilidad y prudencia de retirar la obra artística antes de que comenzaran las obras, y ahora la ofrecen al Museo, Ayuntamiento para que quede a la vista del pontevedrés y también de foráneos. Me recuerda el caso del friso de Prego en el Hotel Parque, donde yo al menos advertí a uno de los que le llevan la maleta a José Luis Suárez de lo que había en aquella pared que iban a demoler para la construcción del nuevo edificio, aunque mantenga la fachada original; no sé exactamente que habrán hecho con el, además de que lo expusieran un día, pero mucho me temo que no está en ningún museo u organismo público sino más bien en manos del de Copasa. ¿Que sucederá con los grafittis de Mon en elcercano cuando yo no esté? ¿Chi lo sa?; pero espero que, al menos, ningún tarugo se lo cargue en base a su ignorancia y posible falta de sensibilidad artística.