Musk, que ha ofrecido 43.000 millones de dólares para convertirse en el único propietario de Twitter,
ha justificado su decisión: “Invierto en Twitter porque creo en su potencial. Puede ser la plataforma de referencia para la promoción de la libertad de expresión en todo el mundo y, en mi opinión, la libertad de expresión es un imperativo social para consolidar democracias funcionales. En mi opinión, el modelo actual de la compañía no satisface este objetivo. Por eso, estoy convencido de que Twitter necesita ser transformada y operar en manos privadas”.
Pues la verdad es que resulta importante para la libertad de expresión que Twiter de un cambio, al igual que otras importantes redes sociales, pues se han convertido en censores, partes y jueces de lo que dicen sus usuarios, desde un sesgo un tanto progre que nunca beneficia al que no piensa como ellos. Parece que este nuevo jefe del cotarro piensa de manera diferente.