Hoy probé la nueva línea de tren que nos ha revolucionado el cerebro ourensano hasta el extremo de preocuparnos por la conexión de Vigo como si fuera nuestra. Para una vez que somos ‘algo’ en Galicia, en este caso la puerta de entrada del AVE que acerca Madrid a Ourense lo suficiente para hacernos valer en otras ciudades gallegas, donde nos miran un poquito por encima del hombro y la verdad que a la vista de las reivindicaciones de mis paisanos no me extraña, para una vez, la queremos deshacer antes de siquiera verla como posibilidad de ser ‘algo’ precisamente.
Pero antes de seguir con el tema que tanto ocupa a un foro civil ourensano más preocupado por Vigo que por Ourense, comentar que el día me ofrecía la bella fotografía de partida con eses torres cubiertas en sus pisos más altos de una niebla que iba despejándose a medida que se acercaba la salida del tren. El tren que siempre me brinda la suerte de asientos enfrentados que, menos mal, en cuánto llega a Segovia se vacía lo suficiente como para abandonar el asiento asignado por el asiento vacío que me da la gana. Segovia, Medina, Zamora, y A Gudiña antes de llegar a Ourense, tierra prometida. Es el Alvia, no el AVE, y desde la puerta de Galicia para Núñez, ¡vaya zumbado de oídos!, y es que ese entrar y salir continuo de túneles a gran velocidad, la que ni miro porque me importa un carajo el dato, te dispara el taponamiento, o acúfeno y lo que se ponga en el oído. El paisaje desparece y la novela “La Lentitud” de Milan Kundera me hace leer que” la velocidad es la forma de éxtasis que la revolución técnica ha brindado al hombre. Cuando el hombre delega la facultad de ser veloz a una máquina, su propio cuerpo queda fuera de juego. ¿Por qué habrá desaparecido el placer de la lentitud? o ¿la dulce ociosidad, las ventanas de Dios?”. Pues nada, a correr todo dios a toda velocidad porque no nos espera nadie al llegar o dos negocios de dos crápulas que mejor no negociasen nada.
Pues en estas estamos cuando en facebook leo como se felicitan algunos amigos en Ourense por un nuevo trazado de la vía de AVE de tren Vigo Ourense a través de Mondariz, -maravillosa parada para aprovechar la capacidad termal de esta villa que atraerá a más madrileños que la ciudad de las termas- porque es más rápido el viaje de Vigo a Madrid que a estos ourensanos les preocupa e interesa tanto. No importa dejar fuera a Pontevedra, que siempre podrán desplazarse a Vigo para coger el tren, con su pertinente perjuicio ¡manda carallo!, porque son más importantes quince minutos de ahorro de tiempo para Vigo que el servicio a más de cien mil personas de la población en torno a la capital del Teucro. Hay cosas que me cuesta entender.
Está claro que si quieren ahorrar tiempo de Vigo a Madrid, en lugar de pasar por Ourense deberían hacia A Gudiña sin pasar por Ourense, pues si se trata de líneas rectas no cabe duda que es más recta la segunda que la que propugnan. Conseguiríamos, así, que volviésemos a ser los estúpidos de Galicia que irían a coger el tren a Vigo para decir ¡Bravo, lo hemos conseguido!, nadie sabe por qué y para qué pero lo han conseguido, que seamos los monaguillos de Vigo.
Tres horas y estoy ya en Ourense. Una putada. Me quedan cuarenta páginas de la novela sin leer, ahora a ver cuando le meto mano, porque aquí tengo ya esperando varias lecturas abiertas antes de “La Lentitud”. Y es que soy algo lento, al parecer, hasta en leer.