Hoy recordaba Afonso Monxardín con gran añoranza a Sixto Seco, por su labor al frente del Patronato Otero Pedrayo durante el tiempo que lo presidió. Ciertamente comparto su opinión, más aún sabiendo la relación íntima y amistad que Sixto tuvo con mi difunto padre, que participó con él en la creación de la Asociación de Amigos de D. Ramón que dio lugar después a la Fundación vigente aún hoy. El número siete de su carnet de Asociado lo confirma ¿verdad?, aunque pocos recuerdan los papeles reales que cada quien representaba en el ambiente oteriano, sobre todo cuando éste vivía, y una carta clarificadora al respecto de que eran muchos menos de los que se creen hoy los que se preocupan del hombre sufriente que fue D. Ramón en su última etapa de la vida. Gracias a Afonso por recordarme a través del amigo Sixto a mi padre, un figura que merecería un libro por su interés.
Iba a poner en esta entrada una foto de Sixto con mi padre, de un viaje de congreso a Brasil, pero he optado por esta otra fotografía que encontré ayer en mi álbum de recuerdos, porque la figura de Cunqueiro merece siempre atención. Aquí, el Teatro Principal, vino a dar el pregón de las fiestas de Ourense y, como no usaba papeles, hoy desgraciadamente no podemos disfrutar de lo que contó. Pero que le quiten lo bailado a mi hermana que tuvo el honor de ser la reina de las fiestas de Ourense y más honor de estar a su lado para escucharlo. Ella tampoco se acuerda del discurso. ¡Qué grandes estos gallegos!