Hace unos días fallecía un joven ourensano cuya noticia se extendió por las redes sociales. Así me enteré yo también. No lo conocía y al primer impacto te conmueves como con tantos otros anónimos que se publican por parte de amigos comunes, incluso simplemente conocidos. Pero el nombre, su cara y sentimiento que provocaba en tantos y tantos que replicaban su afectación enorme y sincera por perder al amigo, hermano, hijo, sobrino, compañero…, me hizo sospechar que había caído un ángel de Ourense, donde precisamente no brota la esperanza. Quizás por ello, ser tan buen chaval que dicen que era, un agitador musical, batería en varios grupos, dándole vida a la escena musical de la tierra, me colgó de curiosidad no conocerlo. Apreciadas personas amigas se hacían eco de dolor reflejado en facebook y así descubrí el parentesco de algunas de ellas, sintiendo desde entonces aún más la marcha precipitada de Jaime. Sentí y siento no haberlo conocido, las grandes personas no abundan, lamentablemente, pero me sumo a la rabia e impotencia de ver partir a un joven sin llegar a la cuarentena por culpa de un infarto sorprendente. Su prematura muerte nos demuestra que la vida nos es prestada, totalmente, y nos rebaja los aires que podamos levantar de auténtica estupidez cuando nos creemos los reyes del mambo. Una pena Jaime, y una pena para sus seres más queridos.
- Sección: Cine
- Publicado el 26 diciembre 2021
- Por Moncho
Sentir a través de los demás
Comparte esta noticia:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Imprimir