Cayetana sacó libro y, sin haberlo leído aún, me bastan las diez primeras páginas para comprobar que la cosa no pinta bonito para el líder del PP. Pero no pinta en estas primeras páginas simplemente porque cuenta el primer encuentro donde tan alejado se encuentra el primer paso en sus diferencias, apartarla del primer plano como una niña mala y sustituirla por alguien bastante más mala para la misma misión. Pero bueno, hoy fijo la atención en un tipo que solo conozco de la tele, de cuando iba a los programas de la sexta y también de los telediarios porque tenía imán para salir con su alcachofa detrás siempre de algún protagonista político, mayormente del que después fue su partido, o sea, el foco sobre Montesinos, porque es el primero en salir en defensa de su amado líder, seguramente aún sin saber demasiado bien lo que dice el libro porque no lo habrá leído. Pero el líder es el líder, amigo, y de estar detrás de la noticia política con micro en la mano a estar delante bien vestido y descansado porque para lo que dice no hacen falta noches de insomnio y estudio. Con su flequillo peinado de peluquería, estirado él para declamar lo que le hayan dicho, me parece un personaje mindunguis que no aporta una miga, pero, tranquilos, que saldrán muchos más, porque esta es la circunstancia que los justifica antes sus líderes, Es la pelota, esa que rueda siempre en personas mediocres.
Con Cayetana emergen los pelotas
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