NO hay San Martiño que quede aquí, en mi ciudad, pues aprovecho el día para acercarme a ver a los seres queridos que no pueden celebrar este día porque se fueron ya en su día y contra su deseo. Pero, claro, con tanta fiesta y jubilado queriendo que las instituciones los entretengan, no hay dinero para planes de recuperación de este talento joven que se va y normalmente no vuelve por la falta de oportunidad. Así que uno que se va siempre en esta fecha para aprovechar el estar con esos que Ourense y los ourensanos les dan la espalda. Sin duda el único cambio favorable a cambiar la tendencia es invertir todo el dinero que podamos en volverlos a traer a una gran parte de estos jovenes con talento, así que, mientras tanto no haya este cambio de mentalidad, este menda se va a Madrid a ver a sus hijos y nieto, con quienes paseo el Madrid que más quiero, el de Malasaña, Fuencarral, Santa Ana y barrio de las Flores acabando en el Paseo del Prado. Días de una climatología excelente y con una compañía más excelente todavía dieron de sí una alegría que echarse al cuerpo, amén de que si bien no pude ver al amigo Manolo Calderón que sale de la radio tarde para el plan que yo llevo, sí pudimos tomarnos los rotos con el amigo Alfonso Ussía y su encantadora mujer Bárbara, que pronto volverán a Ourense, porque hay charla de la arquitecto que diseña piezas extraordinarias para espacios como jardines, y porque habrá presentación del nuevo libro de Alfonso J, Ussía, con una temática del mayor interés.
El San Martiño en Madrid
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