Lo del premio Miguel Hernández a Javier Rodriguez tiene su miga respecto a elcercano, porque curiosamente fue Javier el premiado con la 5ªEidición del Premio de Poesía elcercano unos meses antes y en diferente lengua, en elcercano fue un texto en gallego. Cuando nos enteramos de que ganó el premio Miguel Hernández, nos acordamos de la amiga Blanca Andreu por si había estado en el Jurado. A tal propósito le envié un wassap para preguntárselo, y hete ahí que sí, que fue miembro del Jurado que premió a Javier. Pero como quiera que mi pregunta iba solitaria sin ninguna explicación, la respuesta de Blanca no me dejó duda alguna a que se conduce con total blancura en su participación, y es que me respondió: “Sí. De forma virtual. Creo que… Si te vas a presentar, un aviso: no admito recomendaciones de ninguna clase. En eso soy como Robespierre” . Le contesté: ‘No mujer, yo no soy poeta. Es que ganó el premio un ourensano… Me alegra que seas insobornable’. Después de otras palabras cruzadas, me dice “Me alegro de que sea ourensano, y más de que lo hayáis premiado. Se lo voy a decir al Presidente de la Fundación Miguel Hernández. Estas cosas confirman que sí que hay algo objetivo, y que el poeta tiene calidad”.
No me digan ustedes que no es bonita la anécdota por la coincidencia y la manifestación de pureza de los jurados de poesía, al menos en estos dos casos. De tal manera, intentaremos invitar a todos las personas que intervinieron en este premio y sus colaterales, como es el caso de Blanca, y léase Luis Alonso Jirgado y Claudio Rodriguez Fer, a que nos acompañen en la entrega del libro a Javier.
Y ahora la entrevista de este periodista ourensano que tiene auténtica preocupacion y sensibilidad con la cultura, siempre atento a lo que pasa en ella, la verdadera…
Javier Rodríguez González (Ourense, 1983) ha conquistado el Premio Internacional de Poesía Miguel Hérnandez-Comunidad Valenciana con su obra ‘Corredora de fondo’, elegida por el jurado entre un total de 343 poemarios. Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Santiago de Compostela y diplomado en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde hace años, Javier trabaja como profesor de Enseñanza Secundaria en el IES Mariano Quintanilla (Segovia). Este mismo año ha ganado el premio Eloy Lozano, que convoca El Cercano.
– Su obra, ‘Corredora de fondo’, ha sido la mejor valorada por el jurado entre 343 propuestas. ¿Supone un refrendo conseguir un premio de prestigio y con tanta participación, o usted es un poeta que no escribe pensando en galardones?
– Le confieso que me cuesta mucho asumir seriamente la condición de poeta. Yo soy un profesor que escribe en los ratos libres, esa es la verdad; sin expectativas concretas, pero siempre con disciplina y rigor crítico. Soy consciente de que el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández supone un reconocimiento importante a una labor discreta y sostenida largo tiempo.
– Ha ganado este año el premio que convoca El Cercano y ahora este; en ambos verá editadas las respectivas obras. Cuando escribe es “exigente”, dijo en una anterior entrevista con FARO. ¿A pesar de las dificultades que ha supuesto la pandemia para la docencia, su trabajo, también ha aportado a su faceta poética un tiempo extra de calidad, un mayor espacio para componer?
– En realidad, ya había trabajado en ambos poemarios antes de la irrupción de la pandemia. Por otra parte, es verdad que, después del confinamiento, lo recuerdo bien, viví un momento de notable fecundidad, que contribuyó decisivamente a que pudiese concluir ambos proyectos antes de lo esperado.
– Escribe en castellano y en gallego, y en ambos idiomas ha conseguido galardones. ¿Ofrecen una y otra lengua posibilidades creativas distintas, elige según el tema cómo expresarse?; ¿le dan pie a figuras poéticas distintas el vocabulario y la sintaxis de uno y otro idioma?
– Debo decir que el proceso creativo es totalmente espontáneo. No elijo el idioma racionalmente. Hay poemarios que surgen en gallego y otros, en castellano. Mi deseo, naturalmente, es continuar escribiendo en ambas lenguas.
Es posible que haya diferencias estilísticas entre mi obra en una lengua y en otra. Hay vetas de mi poesía en castellano, como el tono conversacional, el distanciamiento irónico o ciertas incursiones en la poética del silencio que apenas he explorado en lengua gallega. Sospecho que estas diferencias son más bien azarosas.