Parece que los datos epidemiológicos pitan penalty a las restricciones últimas. La afición ya da por ganado el partido. Pero hay que meter gol. O sea, que ¡cuidado!, no es el primero que se falla, y vuelta a empezar en la lucha denodada por la victoria. Ahora nos levantan restricciones y podremos abrir el café el viernes, hasta la seis de la tarde, y nosotros lo tenemos claro porque limitamos la entrada a los no cercanos que vengan por su cuenta,, porque debemos ser muy cautos, reservar el espacio para no arriesgar demasiado. Es difícil que en elcercano no salga bien la cosa por estos motivos de muy limitada afluencia. Pero es lo que toca y no queremos tropezar en la piedra una vez, ni dos, ni tres, sino cuatro, porque sería la cuarta ola en un año. Ya nos llegan las podemitas queriendo hacer la misma fiesta del 8 de marzo del año pasado, como si no hubiera habido un problema gordo y tan gordo que mató a mucha gente. Pero bueno, eso ya es política nacional, ahora lo que cabe es hablar de la política local y de tratar entre todos de que no haya desmanes ni abusos en terrazas donde algunos cucos que no encuentran vigilancia que los corte se despachan mesas y sillas por donde les apetece y, si los dejaran, las meterían en la Catedral en el caso de que se ponga a llover. De nosotros depende seguir rebajando el daño y disfrutar de la libertad pertinente, pues si se controla el mal hacer de alguno así será, de lo contrario, vuelta a casa a estar pendientes de cuántos caen ahora, cuántos salen de planta, cuántos… y cuántos. El viernes, pues, veremos como se comporta el personal, comenzando por la poli, si es que existe para labores de vigilancia y hacer cumplir las normas consiguientes a esta levantada de bandera.
Respiro de restricciones en la hostelería
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