Los placeres cambian a lo largo de la vida. Por ejemplo, y sin salir de la cama, hay que ver como se mueve de sexo a lectura el placer. Es cosa de los años acumulados y su correspondiente cambio de pasiones. El intelecto atempera el balano por lo que la concentración en el libro se hace cómoda., como la misma postura que acuesta el cuerpo de un día vivido en pie y de pie.
- Sección: Cine
- Publicado el 16 noviembre 2020
- Por Moncho
En la cama
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