Si hubiera resistido a la muerte en 1994 hoy Henry Charles Bukowski, nacido como Heinrich Karl Bukowski (Andernach, cumpliría cien años. El escritor y poeta alemán, nacionalizado estadounidense, es considerado uno de los escritores más influyentes y símbolo del realismo sucio y la literatura independiente. Se movió por USA al ritmo beat aunque la influencia de l atmósfera particular de Los Ángeles, donde vivió, se dejó notar en su obra. Unos lo acusaron de estilo soez por mero exhibicionismo, mientras otros críticos lo que realzaron fue su autenticidad y condición de escritor maldito. Pero, por encima de la opinión de éstos, está la de cada cual siendo la mía la de un lector de sus novelas y poemas que disfrutó en un tiempo joven de ese estilo provocativo porque fue congruente con el mismo. Sin duda, las obsesiones y adicciones, sobre todo al alcohol y drogas, no son aspectos positivos ni ejemplares, y sobre todo para ellos mismos, pero al menos el que es maldito, casi por naturaleza, y lo corrobora con su forma de vida, si nada obliga a leerlo ni seguirlo, al menos cuenta con todo mi respeto. Además, confieso habérmelo pasado pipa leyendo muchas de sus novelas, eso sí, hace tiempo, porque ahora ya no me interesa volver a hacerlo. Geniales son algunas de sus frases más conocidas, por ejemplo: “Por supuesto que se puede amar a un ser humano, siempre que no lo conozcas demasiado”, o “La gente no necesita amor, lo que necesita es triunfar en una cosa u otra. Puede ser en el amor, pero no es imprescindible”.