Un terrorista antifranquista sigue siendo un terrorista. O sea, alguien humana y políticamente despreciable. Al que los comunistas de los 70 ya despreciábamos doblemente
(Violencia revolucionaria) El periodista Roger Mateos ha ido a casa de Raúl Marco, nombre de guerra, que dirigió el Partido Comunista de España (marxista-leninista). Mateos está escribiendo un libro sobre Cipriano Martos, el militante del Frap, presuntamente asesinado por la Policía franquista. Su interlocutor le hace escuchar un viejo vinilo. “No ha dejado de tener vigencia, como pretendían las degeneradas camarillas revisionistas, que la violencia revolucionaria es necesaria para derrocar a [sic] los regímenes capitalistas”. La grabación es de abril de 1973. Raúl Marco está clausurando el I Congreso del Partido Comunista (Marxista-Leninista). Mateos escribirá luego en su libro [Caso Cipriano Martos, Anagrama 2018): “Termina el discurso. Crujido de aplausos. La grabación se corta antes de que arrecien los gritos de ‘FRAP, FRAP, FRAP, guerra popular!’ (…) ‘La necesidad de la guerra popular debe estar siempre presente desde ahora en todo trabajo y tarea del Frente’, señalaba el informe del Comité Central leído en una de aquellas sesiones secretas”.
(¡En Atocha!) El 28 de abril de 1973 Javier Iglesias Peláez, luego padre de Pablo Iglesias Turrión, acababa de cumplir los 19 años y pertenecía al Frap. Repartía propaganda en la puerta de una fábrica cuando la policía lo detuvo. Pasó varias semanas en la cárcel. La propaganda que repartía convocaba a una manifestación del 1 de mayo en Atocha.
(Ajusticiado un esbirro) El libro de Mateos describe la manifestación del 1 de mayo. “Por todas las calles adyacentes a Antón Martín ondean banderas rojas, vuelan piedras, estallan cócteles. La policía embiste, pero los manifestantes no huyen, han recibido la consigna de plantar cara. Habrá refriega (…) Un grupo de manifestantes se enfrasca en un combate cuerpo a cuerpo con sus perseguidores. En los bolsillos de sus chaquetas llevan algo más contundente que pancartas y banderas. Sacan las armas blancas. Todo vale. Y sobreviene la tragedia. Juan Antonio Fernández Gutiérrez, un subinspector leonés de veintiún años, hijo de minero, cae al suelo con la yugular seccionada. Dos agentes más son apuñalados e ingresarán en un hospital heridos de gravedad (…) La agencia de noticias del FRAP se jacta de que haya sido ajusticiado un ‘esbirro’ de la Brigada Político Social ‘con una larga carrera criminal’ [sic] en el País Vasco”.
Sigue Mateos: “Las siglas del FRAP, el instrumento creado por el PCE (m-l) para asaltar los cielos [la cursiva es del autor], se abrían paso en las portadas de los periódicos y el aparato represivo comenzaba a temerlas. Henchido de gozo por el protagonismo adquirido, el Comité Coordinador pro-FRAP emitió un comunicado en el que se vanagloriaba del navajazo mortal al subinspector Fernández Gutiérrez: ‘La ejecución de los [sic] policías asesinos el Primero de Mayo en Madrid ha producido un gran entusiasmo entre todos los sectores populares, que han visto con esperanza cómo las fuerzas auténticamente revolucionarias y patriotas [¡Farp!] se han enfrentado con coraje y decisión a la dictadura”.
(Sic) Una investigación aún inédita sobre las víctimas del terrorismo de extrema izquierda, de la abogada Carmen Ladrón de Guevara, demuestra que los muertos de la manifestación de Atocha fueron dos. El 18 de junio murió el Subinspector Manuel Pedregal a consecuencia del golpe en la cabeza que recibió aquel día. La abogada ha recogido varios testimonios de los manifestantes que acudieron con piedras, hachas, navajas y todo lo que tuvieran a mano, porque ésa fue la consigna del Frente.
(Brazo armado) El Frap mató a cinco policías antes de disolverse en 1978. Tres de sus militantes fueron juzgados y fusilados por la dictadura. Aún en 1977, el diario El País se encargaba de transmitir al gran público las actividades del grupo terrorista: “El Partido Comunista de España (marxista-leninista) ha celebrado recientemente la primera conferencia de la organización de Castilla, a la que asistieron un centenar de delegados, la mayoría obreros industriales. En el comunicado final se denuncia la ‘farsa parlamentaria’ y se califica al PCE, PSOE, PTE, ORT y grupos similares como ‘colaboradores cuyo papel en esta fase es el de tratar de frenar el impetuoso movimiento de la lucha de la clase obrera’. También se trató de la lucha realizada en el seno del partido contra la línea derechista durante el último año, y se analizaron las acciones del FRAP (brazo armado del partido). Asimismo, la conferencia se pronunció por el incremento de las actividades de agitación y propaganda para combatir ‘la intoxicación ideológica de las fuerzas reformistas y revisionistas (PCE, PSOE, ORT, PTE…)’. Por su parte, el comité de Madrid del FRAP ha hecho pública una declaración en la que critica duramente la reciente legalización de Acción Republicana Democrática Española y de Esquerra Republicana de Catalunya, a los que califica de ‘colecciones de viejos retrógrados que sólo representan a sectores románticos y minoritarios de la pequeña burguesía'”. Se comprende a la perfección que el diario ponga ahora el grito en el cielo asaltado cuando se llama a Pablo Iglesias hijo de terroristas. Es que también él fue su padre.
(Sí) Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno de España, es hijo de un terrorista. Ahora parece molestarse por ello. Pero antes le molaba. “Os dejo una canción que me cantaba mi padre frapero”, tarareó en un tuit. El Frap, exactamente, molaba. En buena parte era por el nombre. Su eufonía significante. Según Mateos, su fundador, el ministro socialista Julio Álvarez del Vayo, “estaba encantado de que fonéticamente coincidiese con la voz francesa frappe, del verbo frapper, golpear”. Estos viejos aposentados que mandaban a matar y a morir a los chavales, este Álvarez del Vayo, aquel Josep Maria Batista i Roca, inspirador del terrorismo a lo catalán, o aquel Julen Madariaga que les enseñó a matar en vasco, como dios manda. A Iglesias hijo le molaba tanto el Frap como despreciaba al Partido Comunista. Y es abrumador comprobar hasta qué punto la amenaza, la bronca y la violencia están insertas en su modo de hacer política. Pero desde hace apenas unos meses pretende adherirse a una tradición (la del PCE, sin apéndices) que nunca fue la suya. Iglesias es hijo también ideológico de su padre. De los que consideraban que el PCE era una cochinada burguesa, ni marxista ni leninista. Su reconsideración de las cosas llega hasta el punto de ahorrarse la defensa de su padre y de su actividad bajo un régimen ilegítimo y bla. Prefiere dejarlo al pie de los abogados, por si algún juez morcillón es capaz de desplegar una mentira que lo cubra. Al hijo.
(El privilegio) La torpe, acomplejada y mísera reacción de la mayor parte de la política y el periodismo españoles, liderada impunemente por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, no solo convierte las opiniones en hechos sino también los hechos en opiniones. Ser terrorista es una condición tan objetiva como la de ser marqués. Solo hay que mostrar credenciales. Los tiene Cayetana Álvarez de Toledo y los tiene Javier Iglesias del Frap. La valoración de estos hechos puede diferir. Sobre estos dos hechos puede haber diversidad de opiniones. Hay quien considera que la de terrorista es una opulencia superior a la de marqués. Así, aquel Iglesias hijo cuando frapeaba orgulloso sobre su pedigrí. Ahora parece que devuelve sus títulos, pero debe completar la renuncia a su nobleza de guerra pidiéndole a su señor padre no que entable querellas fantasmáticas, sino que pida perdón por el daño que contribuyó a causar. El antifranquismo es el mayor privilegio simbólico para hacer política en España. Pero, por más abrasiva que sea su pasión blanqueadora, un terrorista antifranquista sigue siendo un terrorista. O sea, alguien humana y políticamente despreciable. Al que los comunistas de los 70 ya despreciábamos doblemente.
(Partido Popular) El Partido Popular merece todas y cada una de las humillaciones que sufre a causa de la presunta superioridad moral de la izquierda. Y por eso, aunque en ocasiones llegue al poder, jamás ha llegado al Gobierno. No solo es por reaccionario y catolicón por lo que no lo votamos, sino también por estrábico y cobarde.
(Ganado el 30 de mayo, a las 12:39, 75 lpm, 35,5º).