Ya está aquí. Mañana se inaugura la 19 edición de este Xantar que vacía la restauración de Ourense de clientes. No me puedo explicar que éstos no se manifiesten en contra, aunque claro es que está difícil cuando la organización que los representa está del otro lado, el de la Organización. Es el entramado de intereses entre Administraciones, entidades públicas de desarrollo que no desarrollan nada, algún medio de comunicación que ve su cuenta de publicidad enormemente aumentada a cambio de su reconocimiento editor, y otros elementos que año tras año convencen al rebaño de que la solución está en seguir las miguitas de pan que colocan en el camino a estas cosas.
No se puede explicar que el interés de los representantes del pueblo se afanen en ir contra el mismo, porque vaciar los restaurantes ourensanos, que pagan sus impuestos y dan puestos de trabajo en Ourense, significa reducir sus ingresos durante cuatro días que dura la fiesta del Xantar en el galpón gigante de Expourense sin que los compensen estos dirigentes que además sufragan el gasto de la competencia. Traen de fuera a hacer negocio lo que quitan de negocio a los de dentro y esto es una realidad que por mucho que no se diga o se mienta sobre ella no deja de ser cierta.
Por supuesto, que no cuenten conmigo, que aún ando penando la vez que fui por dejarme convencer por la fuerza de la masa y pertenecer también a este rebaño de ovejas en que nos convertimos los humanos tantas veces. Yo, de los restauradores ourensanos, me pondría en huelga unos días para que se supiera lo que vale un peine.