El mismo día que vuelve a doble página en entrevista de La Región Baltar a cantar sus excelencias como gobernante ‘superior’, por cierto con el hortera logo de Ourense detrás, ese logo que intenta reemplazar al escudo tradicional de Ourense como símbolo, simplemente por cierto complejo de modernidad, seguramente provocado por la raíz vieja del concepto herencia, el mismo día en que vuelve bajo la fórmula estudiada en medios de comunicación como ‘indígena’, que resulta de utilizar formato que el lector da como propio informativo para esconder su objetivo de mera publicidad, viene la noticia en La Voz de Galicia de la grave revelación de su mosca cojonera en la diputación, Gonzalo Jácome, y que le afecta sobremanera al ser hacia su actual esposa. Dice así: “Aprovechando el debate sobre la emigración, Gonzalo Pérez Jácome, portavoz de DO, dijo que los «enchufados» por la familia Baltar no tuvieron que marcharse por falta de oportunidades. Se refirió a la primera esposa del presidente, Olga Mojón, directora del Teatro Principal, pese a que «no tiene ni idea de llevar la cultura», dijo. También habló de la mujer que ha denunciado por acoso sexual a Baltar: «Jugaste con su precariedad laboral». Todo ello sirvió a Jácome para introducir una pregunta al presidente. El líder de DO quería saber si el máximo responsable de la institución está «involucrado» en la denuncia que un exsocio ha presentado contra su actual esposa, María José Caldelas, en la que le pide tres años y seis meses de cárcel por supuestamente falsificar su firma para diversos trámites ante el Concello relacionados con un pub. Caldelas, preguntada ayer por este periódico, declinó hacer declaraciones”.
Si además estamos asistiendo desde hace un tiempo a la situación manifiestamente irregular de una concesión de otro local en Ourense a la misma esposa, en la que el Concello además consiente mas abuso con la ocupación de suelo público mirando para otro, la cuestión es para nota futura de quien escriba qué le pasó a Ourense durante un tiempo donde se entregó dormida a la sinrazón y la apatía para reivindicarse como capaz de ser digna. NO entiendo el afán protagonista cuando debería estar callado y ser muy discreto por los asuntos turbios de los que habla ciertos hechos que han trascendido.