Nos anuncian ciclogénesis para hoy, como si no estuviéramos viviéndola continuamente aunque desde el plano político de nuestros gobernantes, que se empeñan en levantar tempestades donde debiera haber calma chicha para procurar navegar lo mejor posible por este mundo difícil. Ciclogénesis, por ejemplo, la que estamos viviendo con la guerra de Siria, donde además del drama bestial que supone cualquier guerra en cualquier sitio aquí sospechamos la intención aviesa y mafiosa de gente que se lucra preparando la huida hacia la tierra prometida, en este caso, Europa. A Europa hemos de ir, dicen los sirios, a pesar de que Arabia Saudí, por ejemplo, la tienen a tiro de piedra con dos millones de jaimas preparadas hasta con aire acondicionado y un vasto territorio para acogerlos convenientemente; pero no, estos árabes multimillonarios que compran en occidente lo que les sale del nabo y que construyen trenes super rápidos desde Medina hasta La Meca son incapaces de solidarizarse con sus vecinos hermanos musulmanes. Eso sí, quieren construir grandes mezquitas en los países europeos que acogen a los sirios. Menos mal que aún queda gobernantes como el noruego donde le dijo que le chupen el dedo a otro: Jonas Gahr Stor, ministro de Asuntos Exteriores, ha afirmado que se rechazarán las donaciones millonarias de Arabia Saudí y varios empresarios musulmanes para financiar la construcción de mezquitas en Noruega. Según el ministro, las comunidades religiosas tienen derecho a recibir ayuda financiera, pero el gobierno noruego, excepcionalmente y por razones lógicas, no apoya la financiación islámica de cientos de millones de euros. Según recoge el diario Vg Nett, su responsable de Exteriores ha justificado esta decisión: “Sería una paradoja, y antinatural aceptar las fuentes de financiación de un país donde no hay libertad religiosa” asegura. Además, señaló el origen de su dictamen: “una comunidad cristiana que se asienta en Arabia Saudí está cometiendo un delito” dijo, recordando la expresa prohibición del país árabe a la construcción de iglesias, entre otros.
Yo no sé si aquí Feijóo actuaría igual o si así lo hará Marianico el Rajao, porque de éstos se puede esperar cualquier cosa, o sea, todo lo que sea no pelear con la crítica u opinión de moda. Pero dejando de lado la política internacional, nacional y autonómica, nos informa hoy la prensa sobre los datos del presupuesto de la diputación donde la devolución de la extra y el aumento del gasto en grupos políticos y asesores eleva en 2,2 millones el capítulo de personal mientras retrocede el de inversiones. Siguen con lo mismo pues, a forrarse ellos antes que resolver temas de prevención de incendios, por ejemplo, o desarrollo de políticas del rural para fijar población y no seguir con su desaparición. Por lo menos tienen plan para fomentar la natalidad al que destinan 800.000 euros, aunque no sabemos en qué consiste. Otra partida es para turismo cultural, 1,5 millones para el programa de empleo subsiguiente. Pues ya nos explicará el amigo Paco Cacharro las partidas para saber si tenemos que aplaudir o seguir pidiendo la desaparición de estos entes anacrónicos que ya ven lo bien que les viene a los políticos para ingresar su buena pasta para seguir viviendo sin hacer nada, o más bien, para que no se ofenda nadie, haciendo poco.