Como siempre no voy escribir aqui sobre que estrategia es mejor o peor, y mucho menos de una valoración sobre las fases propuestas por el gobierno o lo que quiere la oposición, a pesar de que quiza a muchos les pueda parecer que eso seria mas normal y objetivo, y que podia dar lugar a mas opinión y debate, para mi todo eso, aunque lo respeto, solo sirve, como algo externo a uno mismo, a condicionar mas o menos a unas personas u otras, pero es que precisamente ese posible condicionamiento, depende de la actitud interior de la persona ante las eventualidades y el devenir de las cosas.
Cuando estabamos en plena escalada del coronavirus, la ansiedad y los temores e incluso depresiones, como se está comprobando durante el confinamiento, por el aumento de la compra de ansioliticos, crearon mas estrés del normal, que aunque fuera a la fuerza, nos hizo algo mas humildes.
Pero ¿Qué pasará en esta nueva etapa de desescalada que está comenzando? Habremos aprendido la lección de humildad que hemos alcanzado en el pasado, o por el contrario volveremos de nuevo a la vida de antes, ahora como sobrevivientes triunfadores, prepotentes y autosuficientes de nuevo, para volver al “mundanal ruido” a descargar nuestra energia reprimida en el confinamiento, con mas ganas de vivir que nunca, ¡si a eso se le llama vivir!. Los seres humanos, en general, no buscamos la felicidad en la paz y tranquilidad, incluso a algunos eso les espanta, se busca mas bien el alborozo, la tensión nerviosa y la descarga emocional, por medio del exibicionismo, la competitividad, …por la satisfaccón momentanea que nos causa en nuestro querido ego, sin pensar en la perdida de energia psicobiológica que esa conducta tan gneralizada nos produce, cuando es continudamente y forma parte ya de nuestro habitual modo de ser. Tanto es asi que cuando se está en la fase de mania ilusoria exacerbada, en casos extremos , sobreviene despues otra fase de depresión, es lo que se conoce modernamente con el nombre de bipolaridad en psiquiatria.
En mi opinión todo esto proviene del gran deseo del hombre de escapar de si mismo, en vez de reconocerse a si mismo como realmente es. En el confinamiento al no tener interacción con los demas, no se tiene mas remedio que hacerlo con uno mismo, y aunque sea a la fuerza ,uno tiene que entenderse consigo mismo por la cuenta que le tiene, si no quiere sentirse aún peor.
Ojalá me equivocara pero pienso que pasado el confinamiento, la gente saldrá a “recuperar el tiempo perdido” con mas enfasis, si cabe, aún que antes de la crisis. Dichosos aquellos que hallan aprendido la lección y no se tomen la vida tan aprisa, como aquellos otros que parece como si quisieran vivir lo mas rapidamente posible, y que lo único que van a encontrar es mas sufrimiento y una vida mas corta.
Asi pues si al principio del confinamiento lo que se produjo fué un amento del estres, que dió lugar a mayor estado de ansiedad, pienso que ahora, al sobrevenir la desescalada del confinamiento, una vez mas volverá a surgir la exaltación y el estres postraúmatico, como es típico en casi todos los estados traumáticos persistentes, no aceptados completamente y los posteriores de la descarga producida por el sentimiento de resignación anterior, que la gente que no supo afrontarlo con aceptación verdadera, asumiendo bien la realidad existente, ha reprimido mas o menos inconscientemente quiza, y ahora deja su huella en ese estres postraúmatico.
Dichosos aquellos que han comprendido bien el sentido budista del camino del medio, y por lo tanto saben comportarse con ecuanimidad.