Cuando el practicante se sale del ego, es por causas extraordinarias que probablemente nunca llegaremos a poder comprender. Esto no quiere decir que el iniciado no tenga que poner de su parte todo lo que pueda, y aún asi unos llegarán y otros no…Pero eso ya no depende de nosotros mismos, pues el Espiritu, como el viento, sopla donde quiere.
En esta tercera etapa de la Alquimia Interna, del Tao o del Zen budista, o de cualquier otra práctica de ampliación de la consciencia, religiosa o no, el practicante siente que en situaciones en las que los demás huyen, como la soledad o el silencio del campo, a él le resultan no solo relajantes o reconfortantes, como les puede ocurrir tambien a ellos por unos momentos, para luego conbinarlo con todo lo contrario, como son los viajes de placer, cuanto mas lejos mejor, a fin de poder disfrutar todo lo posible pero sin conseguirlo nunca del todo, sino que ademas él siente que este espacio-tiempo en el que se encuentra, en el medio natural, preferentemente, pero no imprescindiblemente, es todo lo que hay, hubo y puede haber por siempre jamás.
El iniciado debe de buscar, porque “todo el que busca encuentra…” pero todo el que ha llegado a esta fase deja de buscar, porque ha encontrado en si mismo todo lo que buscaba. El entender los dichos de los sabios y místicos no es muy dificil para los estudiosos del tema, pero la vivencia o comprensión profunda de lo que quieren decir, en el marco de esta otra realidad absoluta del vacio, nada o muy poco tiene que ver con la realidad relativa del lenguaje y de la vida normal, por eso se dice que solo el mistico puede comprender al místico. El lenguaje, a estos niveles de conciencia, solo sirve para darnos cuenta realmente, de que es un instrumento simbólico de la realidad, pero no la realidad misma que queremos conocer. Esta realidad verdadera solo puede ser conocida, cuando el sujeto o ego que pretende conocerla, desaparece y se funde con el objeto de su conocimiento. Entonces serán no dos, sino uno solo. Seria, por poner un ejemplo común a todos, como una percepción cualquiera de las que tenemos continuamente: Estamos viendo cualquier paisaje, pero al mismo tiempo oimos los sonidos de los pájaros o el ruido de un coche, sentimos el frio o calor…todas esas sensaciones se funden en una percepción única. Pues bien, en este otro nivel de conocimiento la fusión se realiza entre sujeto y objeto directamente y totalmente, de modo que el sujeto intelectivo o mente personal no interfiera, pues de lo contrario estariamos ante un conocimiento sesgado por esa mente personal, como ocurre en el conocimiento intelectual normal, que aunque haya sido llevado por la epistémologia cientifica, basada en el paradigma de separación sujeto-objeto, a ser el instrumento básico del cientificismo actual, ahi está la moderna fisica cuántica para desmentirlo, diciendonos que por el simple hecho de haber un sujeto observando un fenómeno, este puede variar su curso normal(teorema de Heisenberg).
Los antiguos taoistas no perdian el tiempo en realizar experimentos con particulas, como en la fisica cuántica que han descubierto ahora y practican en la actualidad, sino que realizaban el mismo principio para el conocimiento directo de la realidad tal como es, y no como la mente humana tiende a tergiversar. Nuestra ciencia clásica, basada en el método hipotético-deductivo, está muy bien para el conocimiento y aplicación práctica de los fenómenos naturales al mundo real aparente que habitamos, y que es externo a nosotros mismos, o sea de la piel para afuera, pero de la piel para dentro, todavia no ha descubierto siquiera quien es el mismo, él conocedor de los fenómenos que dice conocer. Con su método, el observador de si mismo seria como si quisiese ver sus propios ojos, lo cual es totalmente imposible. Por el contrario en el mundo del Zen o del Tao, conocerse a si mismo es la premisa indespensable para conocer el Cosmos directamente, fundiendose con él, al sentirse parte de él integrada en un todo, pues si hubiera que conocerlo fenómeno por fenómeno, como pretende la ciencia, está claro que conocer el Cosmos le va resultar imposible.
Yoka Daishi fué el gran discipulo de Hui-Neng, sexto y último patriarca del antiguo chan de shaolin, hoy llamado Zen. Escribió un libro que está considerado entre los cuatro mas importantes del Zen, titulado: “El Canto del inmediato Satori”. Es un libro de poemas. El primero de ellos dice asi:
Querido amigo, ¿no ves que este hombre del satori
ha cesado de estudiar
y está inactivo?
no intenta apartar las ilusiones
ni encuentra la verdad.
Yoka era un hombre iluminado. ¿ Cómo podia decir que no habia encontrado la verdad?. Porque la verdad que nosotros entendemos, no es la que él encontró con la fusión directa con el cosmos, por eso él nuestra verdad intelectual no la encuentra, porque no tiene existencia real, mas que en nuestra mente especulativa. Sin embargo si existe mas allá de todas las especulaciones mentales, por eso la verdad, como DIos, solo son términos que hacen referencia a algo que sobrepasa a nuestra mente. Por eso la gran importancia de la meditación como vehiculo para ir mas allá de la mente.
MAS ALLÁ DE LA MENTE….
¿Puede haber algo mas allá de la mente en la propia consciencia? . En el lenguaje normal entendemos que precisamente lo que nos hace conscientes es nuestra mente, y que por lo tanto si esta desapareciera desapareceria tambien nuestra consciencia. Esto es una realidad observable en las enfermedades degenerativas cerebrales, como la demencia senil y otras degeneraciones cognitivas. Pero claro, a lo que aqui quiero referirme no es a estados patológicos de disfunciones mentales en mentes poco lúcidas, sino a todo lo contrario; es decir : estados de superconsciencia, que solo son posibles cuando se rebasan los limites de la mente normal. Nuestra mente normal es el manojo de pensamientos que normalmente afluyen a ella. Pues bien, si por el método que fuese, uno alcanza a estar en un cierto intervalo de tiempo, sin pensamiento alguno, indudablemente se podria decir que está fuera de su mente o sea en un estado de consciencia distinto, pues está mas allá de la mente, y ¿cómo seria esta consciencia mas allá de la mente?, imposible de definir, pues sin mente no hay pensamiento y por lo tanto no hay lenguaje posible que pueda explicarlo. Solo el practicante del método podrá sentirlo, que tampoco puede saberlo. Pero al sentirlo tiene consciencia de ello y esta consciencia es el último y único pensamiento que puede tener, en ese particular estado de consciencia mas allá de la mente. En otras palbras, seria el pensamiento único de que no tiene pensamientos.
Hasta aqui seria la esplicación del paso previo a lo que en articulos anteriores se denominó como DEVOLVER EL ESPIRITU A LA NADA, pues al practicante todavia le queda un pensamiento que diluir en la nada. Cuando a través del método que sea, en mi particular experiencia es la meditación Zen, llamada zazen, el practicante diluya tambien en la nada ese último pensamiento de que no tiene pensamientos, habria completado esta tercera etapa de DEVOLVER EL ESPIRITU A LA NADA, o como dice el Zen, una vez que se ha esclarecido la mente o despertado a la visión de la realidad verdadera, el practicante tiene que dar el paso definitivo de no aferrarse tampoco a esa visión, para diluirse completamente en la nada, si es que realmente quiere alcanzar la iluminación . Este proceso no es exclusivo del Zen ni del Tao. Asi por ejemplo ,Teresa de Avila cuando ya habia llegado a grandes extasis espirituales, sufria, como suele ocurrir en este tipo de personas, de grandes tentaciones o pensamientos que no queria tener, que no se daban ido de su consciencia. El peor de ellos era que todo su trabajo espiritual no valia para nada, pues si no existiera Dios, de que serviria?. Solo cuando estuvo dispuesta a seguir sirviendo a Dios igual, aunque este no existiera, diluyó en la nada este último pensamiento. Entonces y solo entonces, si no tenia ningun otro pensamiento o tentación a que aferrarse, habria completado esta tercera fase realmente.
Completar esta tercera fase pienso que necesitaría de una ayuda sobrenatural, pues como dice Dogen, habria que abandonar cuerpo mente y espiritu completamente, y el ser humano puede darse algo a si mismo o a los demás, sea por Amor o por el Conocimiento intuitivo, que normalmente van juntos, pero darse asi, incondicionalmente y por nada… De todas formas, a través de la meditación diaria y persistente con el paso de los años, si es pòsible un cierto despertar de la consciencia e incluso una cierta iluminacíón eventual, pero nunca será estable hasta que no se hyan consumado todos los pensamientos.
Por último, siempre segun la Alquimia Interna Taoista, hay una cuarta fase, pero que es mas propicia despues de la muerte que en el mundo de los vivos.
Esta cuarta fase la llaman: APLASTAR LA NADA Y consistiria en abandonar tambien esa nada con la que el practicante se ha fundido. Por la poca información que hay sobre esta fase puede entenderse, que no comprender, que el practicante desapareceria de la faz de la Tierra, como según la Biblia le sucedio a Henoch, a Elias o a Jesucristo.