En la medicina china tradicional, heredera de la antigua alquimia interna china, designan con el término Xing a la mente emocional, que es la que nosotros entendemos como una mente normal, y con el término Yi a una mente que ha transcendido en gran parte las emociones corrientes, y se ha asentado mas en un estado de equilibrio y tranquilidad, que si bien no son absolutas, le permite vivir en un estado de mayor ecuanimidad de lo normal. Transcender la mente emocional no es tarea facil y requiere, ademas de la concienciación y madurez que dan los años, de una práctica continuada que en Oriente al menos viene dada por la meditación, ya sea estática como en Zazen(meditación Zen) o dinámica como en el Chi-Kung.
En Occidente, aunque no se le de el carácter primordial que se le da en Oriente a este cambio de actitud interior, tambien existen medios y prácticas para poder intentar realizar este cambio. Uno de ellos es la psicoterapia de Rogers. Pero claro, en todo hay grados de consecución. Al máximo grado de ampliación de conciencia, pues transcender las emociones solo es posible con una cognición previa mas lúcida, se la reconoce en el método de Rogers con el término de “Insing” o “Despertar”. Este despertar o consciencia ampliada de la Realidad, tal como es y no como cada uno personaliza en su particular percepción, es muy similar a la mente Yi de que nos habla el Chi-Kung chino.
En Occidente el camino evolutivo del practicante suele terminar en este “Despertar”, siempre con las consiguientes discusiones intelectuales, interpretativas de si se trata de un proceso material de mayor activación de neuronas para unos, o bieni se trata de un proceso psiquico para otros, o incluso espiritual para los restantes. Pero en Oriente, tanto en el Zen como en el Tao, al menos , en vez de perderse en interminables disquisiciones intelectivas, una vez que se ha llegado a ese despertar de una mayor consciencia, algunos al menos, tratan de continuar e ir mas allá de la propia mente, mas allá del ego, de la propia personalidad, para fundirse en el Vacio con el verdadero Ser que somos todos en la Realidad última. Esto último, la persona normal y aún el despierto, solamente lo admitiran como posible en casos excepcionales, en el seno de alguna religión, como los misticos por ejemplo, y pocos mas, y por supuesto la mayor parte de la gente se mostrara, cuando menos, esceptica.
Lejos de las teorias e intelectualizaciones de Occidente, a los iniciados en el Tao o en el Zen, a los que les ha dado resultado la práctica meditativa del Zen y la energética del Tao, sintiendose con mucha mejor salud tanto fisica como psiquica, gracias a esa práctica continuada de la meditación Zen y del Chi-Kung, empiezan a creer de verdad, no en lo que no ven,como en la fe cristiana, sino en lo que ven, para asi con el tiempo y si les está destinado, puedan sublimar esa energia vital extra que han alcanzado y la conviertan en verdadera energia espiritual, como se hace en el camino del TAO, o bien, mas directamente, a través de la meditación Zen. Ambos caminos son complementarios y sirven al mismo fin: Alcanzar el Espiritu incondicional del que todos somos portadores y con Él la Verdad y libertad individual que da ser conscientes de estar en su propio y verdadero Ser. Llegar a este nuevo estado de conciencia supone un cambio no solo cuantitativo, sino cualitativo. Es otra dimensión que solo el que se encuentra en ella puede comprender. En el hinduismo se la conoce como “Samadhi”, en el Zen japonés como “Satori”, en el Budismo como “Nirvana”.