Cartas desde Lababia (19/05/2023)
Estimado Moncho: Durante tres años el capitán Kidd permaneció colgando de la soga en los muelles de Londres, encerrado en una jaula de metal, para escarnio de delincuentes y ejemplo para generaciones futuras. Da la impresión de que la niebla asalitrada del Támesis contribuyera a conservar durante tanto tiempo la maroma y los restos mortales del corsario, igual que la sal y el vinagre sirven para conservar unos pepinillos. Tan solo se oxidaron los herrajes