
Muere el loco
El loco no estaba loco sino cuerdo como un Osoro, pero iba por las ondas y la televisión como un loco a entrar primero en la meta de la comunicación. Y para mí que lo hizo en cantidad de ocasiones. Desde la colina oteaba las profundidades del ser humano que tenía enfrente y soplaba con el silencio el polvo que llevaba dentro el entrevistado. Su forma de hablar con una cadencia lenta y serena atraía