El árbol no deja ver lo que hay detrás
Detrás de esta bella naturaleza primaveral está una casaza que podría ser bien un palacio episcopal, bien un hotel termal de lujo. La Plaza de Pontevedra es un lugar maravilloso para vivir, por eso JD no sale de ahí ni a tiros sino, al contrario, si pudiera la haría privada suya. El problema es que no solo el dinero cuenta.