Carta de Isadán (02/12/2019)
Estimado Moncho: Cuando empiezo a oír un rap, ese rap-hip-hop serio, reivindicativo, subversivo y platónico (hay un rap único e ideal, y todos los demás son sus sombras), antes de salir a escape por gatera más cercana, dejando siempre unos pelos prendidos, me viene a la cabeza aquel cuento que no sé si era de las Mil y una noches o de un tratado de filosofía zen -ni quiero